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Los laicos se topan con la iglesia

Luis Vega, presidente de la Asociación de Ateos y Librepensadores, lamenta los escollos por lo que atraviesan para manifestarse durante la visita del papa

Los laicos y ateos madrileños no desisten en su intento de denunciar, a través de una manifestación, los «derroches» de la visita del papa a la capital durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). El evento, que tendrá lugar la semana del 16 al 21 de agosto, ha puesto numerosas trabas a las asociaciones laicas, que han tenido que posponer varios actos ya planificados «para no tener problemas».

Así lo explica Luis Vega, presidente de la Asociación de Ateos y Librepensadores de Madrid (AMAL), quien, sin embargo, sí ha confirmado que mantienen la convocatoria de manifestación para el 17 de agosto por el primer recorrido planteado y que posteriormente fue cambiado por la delegación del Gobierno.

El itinerario modificado salía de la plaza de Santa Isabel y tras recorrer la céntrica calle del Correo, volvía a terminar en Tirso de Molina. Con reservas, los convocantes aceptaron inicialmente pero, momentos después, Carrión volvió a cambiar el trayecto, arrinconando aún más la marcha y limitándola al barrio de Lavapiés.

«Somos más de 100 asociaciones las que secundamos la manifestación, habrá mucha gente y las calles a las que nos confinan son estrechas; puede ser peligroso», explica Vega, quien además apunta a la merma del impacto de una concentración que no recorre el centro de la capital.

Por ello, las asociaciones convocantes —Europa Laica, Redes Cristianas y la AMAL— rechazan la propuesta oficial y optarán por el recorrido que comenzará a las 19.30 horas en Tirso de Molina, recorrerá las calles Toledo y Mayor, y la Plaza Mayor, para acabar en la Puerta del Sol.

La delegada del Gobierno basó sus argumento para cambiar el itinerario, según el presidente de AMAL, en el «buen resultado» de la marcha laica realizada el pasado mayo —después de que les prohibieran llevarla a cabo en Semana Santa— y que trazó el mismo recorrido.

«Rechazamos no poder salir a manifestarnos fuera de Lavapiés», se queja Vega, quien asumió en un primer momento que la marcha no podía terminar en Sol «después de ver lo que pasó con los indignados», en referencia al desalojo y bloqueo de la plaza la semana pasada.

Respecto a la decisión de Carrión, que no prohíbe la marcha, sino el recorrido, los laicos dan su brazo a torcer. «Somos tolerantes, y si la delegada del Gobierno nos llama para negociar, lo haremos, pero entendemos que ella ha roto las conversaciones». Vega puntualiza que habían acordado con Carrión una entrevista para ayer lunes que fue cancelada dada la decisión unilateral de la delegación del Gobierno de volver a cambiar el recorrido.

Laico, no ‘antipapa’

Dentro de las diferentes organizaciones que secundan la iniciativa—como  Izquierda Unida y Ecologistas en Acción—, Vega destaca la presencia de Redes Cristianas y de Católicas por el derecho a abortar para subrayar el carácter plural de la manifestación. «No estamos en contra del papa ni de los católicos, sino del modo en que se realiza la Jornada Mundial de la Juventud», señala. Vega confiesa que no le gusta el término ‘antipapa’ pero tampoco lo censura.

Desde AMAL también son críticos con los beneficios que los peregrinos van a obtener durante la JMJ como las tarifas reducidas en el transporte público. «Esto es el cortijo de Esperanza Aguirre, de Ruiz Gallardón y, después de las trabas que nos han puesto para la marcha, también de la delegación del Gobierno», lamenta Luis Vega.

Por último, el presiden/te del colectivo ateo valora positivamente la huelga de los trabajadores de Metro de Madrid, a quienes entiende a pesar de que su planteamiento sea «bien distinto» del de los laicos y ateos. «Los sindicatos tiene en general poca sintonía con los aspectos religiosos».

El pasado junio, 21 asociaciones presentaron un Manifiesto por un estado laico y avanzaron diferentes acciones. Algunas de ellas, como conciertos previstos para realizar la semana de la visita del papa, han tenido que ser pospuestos a octubre. «Somos voluntarios y tenemos medios precarios; no queremos complicarnos la vida», remacha Vega.

Extraído de Público de 09/08/2011

Artículo original en: http://www.publico.es/espana/390829/los-laicos-se-topan-con-la-iglesia

Charla de la UAL ante la visita del papa

La UAL-Unión de Ateos y Librepensadores, dará una charla-debate en el Centro Social-Librería “La Pantera Rossa” (San Vicente de Paul, 28), el jueves, día 28 de Julio a las 19:00.

Manifiesto ante la visita del papa en la “Jornada Mundial de la Juventud Católica” en Madrid (agosto 2011)

A pocos meses de las visitas a Santiago y Barcelona, el Sr. Ratzinger -Benedicto XVI para los católicos-, porfiando en su idea de “reconquistar” un país que ve alejarse de sus propuestas morales y religiosas, vuelve ahora a Madrid.

Desde el punto de vista del laicismo y de la democracia, nada habría que objetar a la reunión de un pastor espiritual con sus seguidores. Es evidente que, a pesar de la ambigüedad calculada de la convocatoria, la “Jornada mundial de la juventud” del próximo mes de agosto en Madrid pretende congregar a miles de jóvenes católicos en torno a las enseñanzas del papa. Un acto que, cualquiera que sea su dimensión, no deja de tener carácter privado, como privadas son las creencias y sus manifestaciones.

Lo que sí es contrario a un Estado democrático que se declara aconfesional es mezclar los asuntos del estado y asuntos religiosos, los intereses generales con los intereses privados, las instituciones que representan a todos los ciudadanos con eventos que sólo conciernen a una parte, en este caso, a quienes comparten unas determinadas convicciones religiosas.

Por eso, resulta escandaloso que el Gobierno contribuya con 25 millones de euros -es decir, con, dinero de los impuestos de todos- a la visita del papa y a la celebración de un acto confesional, a la vez que concede exenciones fiscales a las grandes empresas que han comprometido otros 25 millones. A ello hay que añadir otros muchos más que están dispuestos a aportar tanto Gobierno central como Ayuntamiento y Comunidad de Madrid sufragando otros gastos con la cesión gratuita de numerosos servicios públicos (personal funcionario, visados, transportes, fuerzas de seguridad, utilización de espacios públicos como polideportivos, colegios e institutos, etc.)

Esa desviación de recursos públicos para fines privados tiene especial gravedad en un momento en que tanta generosidad para con la jerarquía católica (que ya recibe por distintas vías en torno a los 10.000 millones de euros anuales) entra en contradicción con las duras restricciones en el gasto público y prestaciones sociales que todos estamos sufriendo bajo pretexto de la crisis económica.

Del mismo modo, es inaceptable que en ese acontecimiento de carácter privado se impliquen y participen autoridades y cargos oficiales, que estarían en su derecho de hacerlo a título personal, pero nunca en representación de las funciones públicas que desempeñan en nombre del conjunto de los ciudadanos.

En este caso no vale el subterfugio de que son gastos y honores debidos a un jefe de Estado. El papa Benedicto XVI no viene en representación de los escasos habitantes del Vaticano que, por otra parte, nada tiene que ver ni por su origen ni por su configuración con un verdadero Estado democrático y de derecho. Si viene a reunirse con sus adeptos en función del liderazgo espiritual que ellos en exclusiva le reconocen, en modo alguno procede el trato oficial y de privilegió dispensado por las Administraciones Públicas. Un trato que, evidentemente, no conceden a convocatorias promovidas por ciudadanos de otras creencias o convicciones ideológicas.

Tampoco se le permitiría a ningún jefe de Estado la injerencia, incesantemente repetida por el Papa y la jerarquía católica, en asuntos políticos internos como son las propias leyes que un país se da de forma democrática (educación pública, laica, derecho a la propia sexualidad y control de la reproducción, modelos de matrimonio y familia, derecho a una muerte digna, etc.). Pues no se limitan a dar consejos morales a sus fieles, cosa legítima, sino que pretenden convertir sus particulares visiones de la moral y de la sociedad en normas obligatorias para todos.

Por eso, las personas y organizaciones abajo firmantes, manifestamos nuestro rechazo a la confusión y connivencia de las instituciones públicas con una actividad de eminente carácter privado y confesional. Llamamos a todos los ciudadanos que, con independencia de sus convicciones personales, reivindican un marco de convivencia en igualdad de derechos, a organizar actos en defensa de la democracia y laicidad del Estado y dirigirse a las distintas Administraciones Públicas para exigirles que obren en consecuencia y dejen de otorgar privilegios propios de épocas pasadas y herencias antidemocráticas.

No a la visita del papa financiada con el dinero de todos.

Separación del poder civil y del religioso

Defensa de los derechos democráticos, frente a la injerencia

confesional

>>> Visita ateos.org, la web de la UAL

>>> Visita la web del Centro Social-Librería “La Pantera Rossa”

>>> Visita los foros de Derechos Civiles de noblezabaturra.org

Extraído de Nobleza Baturra del 23/07/2011

Enlace original en: http://noblezabaturra.org/2011/07/23/zgz-charla-de-la-ual-ante-la-visita-del-papa/

Los ultracatólicos pugnan por acaparar la visita del Papa

Entidades cristianas denuncian que están «comprando» los lugares más cercanos a Benedicto XVI en los actos

Resta un mes para que miles de jóvenes católicos se congreguen en Madrid para ver al Papa y participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Del 15 al 21 de agosto, la capital de España se convertirá en la feria del catolicismo, con procesiones de Semana Santa en pleno verano, baterías de confesionarios en el Retiro y misas multitudinarias en Cibeles y Cuatro Vientos. Todo ello con un coste que la organización cifra entre 55 y 62 millones de euros, y que entidades laicas aumentan hasta los cien millones de euros, de los que al menos la mitad serán sufragados por las arcas estatales.

El resto correrá a cargo de diversas empresas y de los grandes movimientos ultracatólicos (kikos, Legionarios de Cristo y Comunión y Liberación), que trabajan a marchas forzadas para conseguir los mejores lugares para acercarse a Ratzinger, al tiempo que presionan a los obispos para que la JMJ sirva como punto de arranque para una nueva campaña contra el Gobierno, a pocos meses de las elecciones generales. Una estrategia que ha suscitado el malestar de otros grupos católicos, que también participarán en la jornada y que, además de sentirse excluidos, sostienen que «la JMJ es una fiesta de la fe, no un acto político». Ya han comenzado a protestar.

«Están usando la visita»

«Nos sentimos engañados. Se están subastando al mejor postor los lugares más cercanos al Papa. Los de siempre quieren copar los mejores puestos, y no dudan en poner el dinero que haga falta, para convencer a los organizadores». Varios grupos eclesiales, que participan en la organización de la JMJ, muestran en privado su malestar por lo que califican una «ocupación» de los grupos tanto en puestos de responsabilidad como en la organización y gestión de los principales actos con el Papa.

«Nosotros colaboramos como el que más en la visita, y no lo hacemos para aparecer con nuestra pancarta en todos los medios de comunicación, por conseguir comer con el Santo Padre o que nos confiese», asegura el responsable de uno de estos grupos que, «por sentido de Iglesia», prefiere mantener en el anonimato.

Varias entidades se han quejado de esta situación enviando cartas al responsable diocesano de la organización, el sacerdote Gregorio Roldán, sin que hasta la fecha hayan recibido respuesta alguna. Según dichas entidades, se están «comprando» lugares cercanos a Benedicto XVI tanto en su entrada por Cibeles el 18 de agosto como en la vigilia de Cuatro Vientos y la misa final. También, al parecer, hay una pugna por participar en la decisión de qué jóvenes serán confesados por el papa en el parque del Retiro o de quiénes asistirán al almuerzo con él en el Campo de las Naciones. «Van a utilizar la presencia del Papa para sus propios intereses», afirman.

Desde algunos de estos grupos católicos se denuncia cómo movimientos como el Camino Neocatecumenal se han reservado de antemano un papel protagonista en la visita del pontífice a nuestro país a cambio de asegurar una presencia relevante de simpatizantes de su corriente. De hecho, Kiko Argüello, su fundador, confirmó hace tiempo al cardenal Rouco Varela que esos días estarán en Madrid 300.000 kikos.

Los neocatecumenales, como en otras ocasiones, ya han reservado el aeródromo de Cuatro Vientos para lanzar su nuevo mensaje al día siguiente de la marcha del papa de Madrid. Argüello ha asegurado al cardenal de Madrid que en dicho acto varios centenares de jóvenes del movimiento saldrán al seminario o a la vida religiosa. «Un ejército de jóvenes misioneros de todo el mundo llegará a la capital», asegura el propio Camino, que a través de un portavoz confirma que tras la partida de Ratzinger «se celebrará un encuentro vocacional», en el que «se recogerán ya los frutos de esta JMJ mediante la petición de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada».

Otras entidades, como los Legionarios de Cristo, han puesto toda la carne en el asador para lograr un puesto privilegiado en la vigilia de Cuatro Vientos, así como en el saludo inicial que hará Benedicto XVI a su llegada a la Puerta del Sol, el próximo 18 de agosto. En la congregación fundada por el pederasta Marcial Maciel, cuyo futuro pende de un hilo, se entiende que una cercanía al pontífice puede suponer un soplo de aire fresco, especialmente para los jóvenes del movimiento del Regnum Christi, que en los últimos meses han ido abandonando en masa lacongregación.

El Opus Dei, que no participa orgánicamente en este entramado, cuenta con destacados miembros en la organización, como Javier Cremades, responsable del Departamento de Actos Centrales de la JMJ, y Yago de la Cierva, director ejecutivo de la misma.

Las monjas, con hábito

Por el contrario, la organización de la Jornada Mundial de la Juventud ha prohibido a las monjas que van vestidas de calle el acceso al encuentro que las jóvenes hermanas van a mantener con Benedicto XVI el día 19 de agosto en el Patio de los Reyes del monasterio de El Escorial. La circular publicada en la web de la JMJ reza así: «Las postulantes, las novicias y las profesas, para poder participar, tendrán que llevar su respectivo hábito». Pero las excluidas no se resignan y han empezado a enviar cartas de protesta a los organizadores y al cardenal Rouco.

Una salesiana asegura estar sorprendida por esta medida, dado que «nosotras, en España como en otras partes del mundo, no llevamos hábito, simplemente la cruz, tal y como dicen nuestras constituciones». Y, por ello, pide por carta a la organización que le confirmen la obligatoriedad del hábito para ver al Papa en El Escorial.

Contra el Gobierno

Con todo, lo más preocupante, según denuncian algunos grupos católicos, son las presiones «que ya se están ejerciendo en las reuniones preparativas» para que la JMJ sea la «punta de lanza» de un movimiento, lanzado por el sector más conservador de la Iglesia española (patrocinado por Rouco y obispos como Munilla en San Sebastián, Sanz en Oviedo y Demetrio Fernández en Córdoba), y que pretende repetir las movilizaciones contra el Gobierno que ya se dieron en 2005 con motivo de la legalización del matrimonio homosexual o la reformaeducativa.

Detrás de esta iniciativa se encuentran organizaciones católicas como HazteOir, Forum Libertas y E-Cristians, que sostienen que los católicos deben implicarse de lleno ante las próximas elecciones generales. Una estrategia que también cuenta con presionar al Partido Popular para que, antes de los comicios, se comprometa a derogar algunas de las normas que más molestan a estos grupos, como la Ley del Matrimonio Homosexual y la ampliación de la Ley del Aborto, y paralizar otras, como el proyecto sobre la Muerte Digna.

Extraído de Público de 10/07/2011

Noticia original en: http://jodo.co/cGW

Laicos y católicos se unen contra la visita del papa

Convocada una manifestación la víspera de la llegada de Benedicto XVI en agosto

«De mis impuestos, al papa cero». Ese es el lema de la campaña que medio centenar de instituciones laicas y ateas, así como de grupos de católicos progresistas Redes Cristianas y Cristianos por el Socialismo, entre ellos, lanzaron como protesta ante «la desviación de recursos públicos para fines privados» que supondrá la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ).

Una visita, la de Benedicto XVI, que tendrá un coste de al menos cien millones de euros, de los que más de tres cuartas partes serán abonadas por las administraciones públicas, según denunciaron los convocantes del acto. Por ello, preparan una manifestación por el centro de Madrid el 17 de agosto, víspera de la llegada de Ratzinger a Madrid.

«El papa no viene en visita de Estado ni en representación de los pocos habitantes del Vaticano, viene en visita pastoral y privada», denunció el presidente de Europa Laica, Francisco Delgado, quien insistió en que el coste de la visita «está sobredimensionado y lo vamos a pagar entre todos». Así, estas asociaciones denunciaron que el Gobierno ha destinado 25 millones de euros al evento, mientras que Ayuntamiento y Comunidad de Madrid aportarán otros 30 millones. Otros 25 millones serán aportados por grandes empresas que, a cambio, se verán beneficiadas por exenciones fiscales. Los restantes 20 millones, aseguran, provendrá del gasto en seguridad, limpieza y sanidad, además de los que supone la cesión de espacios y locales públicos para actos relacionados con la visita.

Las protestas por el viaje papal no se reducen al ámbito de grupos laicos y ateos. Así, el teólogo Evaristo Villar, miembro del Foro de Curas de Madrid y representante de Redes Cristianas, criticó con dureza la presencia del papa en Madrid para clausurar la JMJ, arropado por la juventud católica más integrista. «No estamos en contra de que venga el papa, pero sí de la manera que viene: arropado por los sectores más fundamentalistas».

Mientras los laicos presentaban sus protestas ante la JMJ, el cardenal Antonio María Rouco Varela viajaba al Vaticano a presentar el evento ante la prensa internacional. En la rueda de prensa, sus responsables apuntaron que el coste de la visita rondará «entre los 55 y los 62 millones de euros», y que reportará a Madrid un beneficio superior a los cien millones. El cardenal de Madrid también destacó la «colaboración fluida y positiva» del Gobierno español en la financiación del evento.

Dinero «no pedido»

No obstante, el director general de la JMJ, Yago de la Cierva, aseguró que tres cuartas partes del presupuesto será sufragado por los propios jóvenes. De la Cierva precisó que no se ha recibido ninguna ayuda monetaria de las administraciones públicas porque «no las hemos pedido», pero destacó que han dado respuesta positiva a peticiones como la gratuidad de los visados, la declaración de acontecimiento especial, el centro de prensa y el uso de lugares como el aeródromo de Cuatro Vientos o la Plaza de Cibeles.

A fecha de hoy, hay inscritos en las jornadas más de 400.000 jóvenes, lo que, según los organizadores, asegurará la presencia en Madrid de millón y medio de católicos que esperarán al papa. A pesar de que se trata de una visita pastoral, Ratzinger será recibido con honores de jefe de Estado y se reunirá con los reyes, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy.

Extraído de Público de 28/06/2011

Noticia original en: http://www.publico.es/espana/384396/laicos-y-catolicos-se-unen-contra-la-visita-del-papa

«Es hora de que la Iglesia pida perdón por tantos actos de agravio»

La Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica subraya el apremio con el que la Iglesia debería disculparse por su complicidad con la represión franquista.

La campaña para rescatar del olvido y del desconocimiento los más de 5.000 nombres de víctimas de la represión franquista en Galicia seguirá plenamente activa en 2011.

La Comisión pola Recuperación da Memoria Histórica ha avanzado que el escrito dirigido al presidente de la Conferencia Episcopal Española, Antonio María Rouco Varela, invitándole a visitar las fosas gallegas, es una forma de «contestar» las palabras que Benedicto XVI dirigió a los periodistas en el avión papal que le traía de visita a España y en las que comparaba el secularismo actual con el de los años de la II República.

«Si el Papa hizo esas declaraciones en calidad de jefe de Estado, no tiene porqué injerir en asuntos de otros Gobierno, y si las hizo como opinión de autoridad moral, que las haga en privado». Rubén Afonso, miembro de la Comisión, ha explicado a Público.es que en la respuesta a las palabras del pontífice han querido dejar claro que están a favor de un «pacto por la laicidad» y en contra de la presión de la jerarquía católica para «imponer» su moral.

«Creemos que ya es hora que, en 2011, la Iglesia pida perdón públicamente por su apoyo a tantos actos de agravio». Afonso lamenta el papel de la institución que bautizó como ‘Santa Cruzada’ los actos de represión, «fueron cómplices del golpe militar de 1936, en el que desempeñaron una importancia vital».

A través de la misiva, el colectivo pretende que la institución católica participe en los homenajes a los «asesinados por defender la democracia» y, de este modo, se logre la «reconciliación» y un «cambio de rumbo» en la actitud de la Iglesia. «Hemos invitado a Rouco de buena fe porque su participación sería un acto de dignidad», ha señalado Afonso.

Bajo palio

En la carta dirigida a Rouco, en la que la Comisión solicita dar traslado de sus peticiones a Benedicto XVI, recuerdan que Franco entraba «bajo palio» en las iglesias acompañado de la jerarquía eclesiástica, la misma que hacía «el saludo fascista» al paso del dictador. La proximidad con los dirigentes del régimen la evidencian evocando las palabras del arzobispo de Toledo en el funeral de Franco, en las que mencionó a la «civilización cristiana a la que quiso servir». Asimismo le explican a Rouco que está documentado el «robo de miles niños y niñas» con la connivencia de las autoridades del franquismo.

Extraído de Público de 07/01/2011.

Noticia original en: http://www.publico.es/especiales/memoriapublica/355125/es-hora-de-que-la-iglesia-pida-perdon-por-tantos-actos-de-agravio

En la resaca papal… casi todo estaba en el guión

Diez días antes de la llegada de Ratzinger a Santiago, unos días antes y coincidiendo con la visita a Barcelona, tuve la oportunidad de reunirme con socios y socias de Europa Laica en ambas ciudades, también lo hice con medios de comunicación, con diversos colectivos ciudadanos, la asistencia a un foro joven (“espacio de libertad” organizado por la Fundación Ferrer i Guardia en Barcelona), además de tratar de pulsar, en la medida de lo posible, la situación en la calle.

Han sido unos días que, en algunos momentos, parecía que nos trataban de transportar a “tiempos pasados”, cuando algunos políticos han ejercido de acólitos y pregoneros encabezados, especialmente, por los alcaldes socialistas de Santiago y de Barcelona, señores Bugallo y Hereu. También tuve esa sensación cuando escuché, atentamente, una entrevista al representante del Gobierno ante la Santa Sede, el socialista Sr. Vázquez

La situación llegó a un clima apoteósico con los bandos de ambos alcaldes, llamando a los vecinos a participar en los actos religiosos y el “súmmum” llegó cuando el alcalde de Santiago proclamó “territorio Vaticano” plazas y calles del entorno de la catedral, antes y durante la visita del señor Ratzinger, según él, quedando bajo el poder de iglesia un espacio público en donde dijo que –se aplicaba un supuesto principio de extraterritorialidad que da competencias legales y jurisdiccionales a la institución católica. La verdad, en mi opinión aberrante y que rompe principios constitucionales fundamentales, pienso que alguien debería de pedir cuentas.

El guión se ha hecho realidad: Todas las expectativas que se preveían desde ámbitos que utilizaban el sentido común y la razón se han cumplido, no así las expectativas falsas creadas por el poder político y las de la propia iglesia católica, de forma interesada: El supuesto negocio mercantil ha sido un fracaso, a pesar del elevado costo de dinero público que ha supuesto; el número de católicos y de curiosos que han asistido a los actos no ha respondido, con mucha diferencia, a las expectativas generadas; los exabruptos papales se han producido tal y como nos tienen acostumbrados desde la jerarquía católica, aunque, en esta ocasión, mucho más hirientes y falsos; también estaba en el guión los aplausos a esas groserías intolerables por parte de ciertos políticos de la derecha, de algunos medios de comunicación y de la jefatura del Estado, así como, también, estaba en el guión la pasividad y la postura humillante ante tales desvaríos de algunos políticos del centro-.izquierda. La televisión pública (que ahora pagamos todos con nuestros impuestos) ha dedicado ¡increíblemente! decenas de horas a los eventos, obteniendo unos bajísimos resultados de audiencia, 9,4% en Santiago y 8,2% en Barcelona (tan sólo 237.000 espectadores). Por último; el negocio espiritual a que aludía la jerarquía católica y algún que otro político de Gobierno y oposición, lo tendrán que analizar, con lupa, para que lo tengan en cuenta quienes desean re-evangelizar España (y Europa), para lo cual han creado una sección específica en la Santa Sede y lo repitió, en directo, en varias ocasiones, delante de nuestros representantes públicos y nadie “rechistó”

También estaba en el guión…la postura de los diferentes medios de comunicación, según su línea editorial… en algunos casos han ayudado a desenmascarar una visita manipulada y organizada con muy poca ética, hecho que hay que agradecer. Otros se han dedicado a alabar la visita, los mensajes y criticar, la no asistencia a las misas del presidente del Gobierno, actitud que es de lo más coherente, aunque estaban otros representantes del mismo, hecho que hay que lamentar.

Salvo conocidas y muy honrosas excepciones que hemos escuchado estos días… la mayoría de los políticos que nos representan a todos los ciudadanos y ciudadanas, NO se han pronunciado desfavorablemente sobre algunas de las barbaridades que ha “soltado” en su visita (dicho con todo respeto). Incluso se han visto “aplaudidas” por lo más reaccionario de la derecha política. Y, también, nada más y nada menos, el presidente del Congreso de los Diputados les ha quitado importancia y las ha “comprendido y reinterpretado” hecho insólito, por lo que representa institucionalmente. Los portavoces del Gobierno se han limitado a decir: “las relaciones de la iglesia católica y el gobierno pasan por un buen momento”. ¡Cómo no!, si los históricos y enormes privilegios simbólicos, jurídicos, económicos, tributarios y en materia de enseñanza y servicios asistenciales a la comunidad, han sido incrementados en esta legislatura y han retirado, según ellos, la reforma de la “Ley de Libertad religiosa”, como “ofrenda ” al ilustre anciano y a lo que representa.

También estaba en el guión: la visita no sabemos, bien, si ha sido como pastor de su iglesia, si como jefe de un Estado ficción (ciudad del Vaticano-concedido por Benito Mussolini en 1929) o si ambas cosas a la vez, he oído de todo a sus “seguidores”.

Pues al parecer a esos difíciles años que fueron “muy rentables” para la iglesia católica en la Italia de Mussolini y en la Alemania de creciente nazismo, no lo eran en España con la venida de la democrática II República, por ello encabezados por el cardenal Segura, muchos clérigos, desde antes de ser un hecho, ya estaban atacándola, participando activamente en su destrucción y en el golpe de Estado franquista, de 1936. Es cierto que fueron años muy complicados para todos, que acabó con la segunda guerra mundial y una dictadura nacional-católica en España. Por ello referirse a esos años comparándolos, es una argucia burda. Supo muy bien lo que estaba diciendo y eso es mucho más grave, pues “trataba de calentar” la intolerancia. Que la fiscalía del Estado tome buena nota. Para luego arremeter contra leyes democráticas españolas, contra la igualdad de las mujeres, relegándolas a su “principal y meritorio papel” del hogar, quizá recomendando: “la guía de la buena esposa”.

Por más que desde algunos círculos católicos y políticos traten de insistir que la creciente indiferencia social ante la cuestión religiosa católica se deba a un supuesto “laicismo radical” de España, no deja de ser un sofisma, la realidad del alejamiento creciente parte de dos elementos básicos: Uno: una gran parte de la ciudadanía española: piensa, razona, observa, comprueba, actúa con sentido común… Dos: la propia iglesia católica con su ancestral y torpe dogma, con sus soflamas, con sus ataques al Estado de Derecho, con su interés por lo terrenal: (dinero, boato y patrimonio), con su forma autocrática de organizarse, con sus discursos contrarios a una sexualidad placentera, al derecho a la elección de salud reproductiva, a la muerta digna, con su oposición a los avances científicos, a la igualdad de hombres y mujeres, a los derechos de los homosexual, etc. Con la ocultación de graves delitos dentro de la propia iglesia, el no apoyar una buena parte de la Declaración Universal de los Derecho Humanos… están “echando” a muchos creyentes.

Estaba en el guión: Curiosamente en algunos momentos y lugares de Santiago y Barcelona ha habido más número de cuerpos de seguridad, que fieles católicos y/o curiosos, fuerzas que, en algunas ocasiones, se han dedicado a interferir en la libertad de expresión de cientos de ciudadanos y ciudadanas que deseaban hacer visible, desde diferentes puntos de vista, su oposición ante los fastos religioso-políticos y/o el gasto desmesurado de los mismos.

La visita ya es historia, …la resaca afortunadamente durará muy poco y en agosto de 2011 otro nuevo capítulo, esta vez en Madrid y con mucho más costo y más fastos… Esta visita ha servido, una vez más, para dejar al desnudo a instituciones públicas españolas (al Gobierno y a una parte importante de la oposición), a la monarquía y a muchos de los políticos que nos deberían de representar a todos y no solo a una parte de la población. Católicos practicantes que, en la práctica, no llegan al 25% de la población, por muy poderosa que esta entidad religiosa sea. Por supuesto que los católicos practicante o menos practicantes nos merecen todo el respeto y tienen el derecho a manifestar su religión, en el respeto a la pluralidad. Por supuesto que hay católicos que tienen otra idea de las cosas, que desean una iglesia más abierta, más en su tiempo… pero más allá del mundo católico, hay otras muchas formas de religiosidad organizada o no, espiritualidad o formas de pensamiento que basándose en la razón y en la libertad han conseguido ir construyendo una parte, todavía pequeña, de la emancipación del ser humano.

Allá donde la religión es a la vez política el ser humano es menos libre y el desarrollo social, científico, intelectual, democrático disminuye o se paraliza. Y esto es lo que no quiere la cúpula de la iglesia católica, pues con ello peligra su enorme poder (terrenal).

Por ello, también, se opone a la laicidad de las instituciones del Estado y al laicismo, descalificándolo, porque éste significa “la defensa del pluralismo ideológico en pie de igualdad como regla fundamental del Estado de Derecho, al mismo tiempo que establece un marco jurídico adecuado y efectivo que lo garantice y lo proteja, frente a toda interferencia de instituciones religiosas o de cualquier otra naturaleza, que implique ventajas o privilegios”. Y este principio tampoco lo admite la jerarquía católica, porque, también, pone en peligro su enorme poder (terrenal).

Pues como se puede ver…casi todo estaba en el guión.

*Francisco Delgado. Es presidente de Europa Laica

Extraído de la web de Europa Laica (www.laicismo.org) de 8 de noviembre de 1020.

Artículo original en:

http://www.laicismo.org/europa_laica/destacados/en_la_resaca_papal_casi_todo_estaba_en_el_guion.html

Comunicado de MHUEL

Ante las declaraciones del señor Joseph Ratzinger en calidad de jerarca supremo de la iglesia católica, ante 150 cardenales reunidos en el tercer consistorio celebrado estos días, la asociación MHUEL Movimiento hacia un Estado Laico, hace las siguientes consideraciones:
1. El señor Ratzinger confunde el laicismo con una presunta “dictadura laicista”. El laicismo reivindica que el Estado y sus instituciones sean autónomos e independientes de cualquier instancia ideológica y confesional, que pertenece al ámbito privado. El laicismo reivindica que toda la ciudadanía ejerza su derecho a la libertad de conciencia en plena igualdad de condiciones, sin discriminación y sin privilegios para nadie. Los tres pilares del laicismo son la razón, la libertad y la igualdad frente al dogmatismo, la intransigencia y la superstición. El laicismo, lejos de amparar alguna suerte de dictadura, es una garantía contra la dictadura.
2. El señor Ratzinger interpreta como dictadura lo que en realidad no es sino pérdida de poder y de influencia por parte de la iglesia católica. Las declaraciones del señor Ratzinger están movidas por la añoranza de otros tiempos en que la iglesia católica tenía patente de corso en materia de ideas y de costumbres. La iglesia católica no acaba de digerir la crítica de las ideas, la autonomía de las sociedades y el derecho de las personas a la libre opinión y expresión.
3. La iglesia católica disfruta en España del libre ejercicio del derecho a la libertad religiosa y de culto. El señor Ratzinger carece de razones objetivas para hablar de dictadura alguna, al menos en nuestro país.
4. Resulta paradójico que la iglesia católica haga referencia a la dictadura, cuando no ha criticado ni se ha opuesto a las dictaduras habidas en el mundo a lo largo de la historia, sino que a menudo ha estado en abierta connivencia con ellas. Por citar solo algunos ejemplos, además de la dictadura de Franco, bata mencionar las dictaduras de Portugal, Argentina, Chile o Paraguay.
5. El señor Ratzinger habla también de la “dictadura del relativismo”, obviando así que Europa y buena parte del mundo han estado sometidos a la dictadura de su absolutismo dogmático y moral, persiguiendo y prohibiendo las ideas, reprimiendo la libre autonomía ética del ser humano.

Zaragoza, 20 de noviembre de 2010

Los ‘errores’ de Benedicto XVI

En ocasión de su reciente viaje a Edimburgo Benedicto XVI cargó contra el “extremismo ateo” y lo responsabilizó del advenimiento de tiranías que, como el nazismo, pretendían “erradicar a Dios de la sociedad”. Ahora, en Barcelona, ha denunciado la irrupción de un anticlericalismo “fuerte y agresivo, como se vio en los años treinta”, y ha instado a “reevangelizar España”. Algunos comentaristas han querido minimizar estas declaraciones, atribuyéndolas a un simple error o a un malentendido, pero una sociedad laica y pluralista
no debería tomárselas a la ligera.

De entrada, la invocación de Hitler para descalificar a quienes no comparten sus creencias se parece mucho a la operación de quien considera que no hay mejor defensa que un buen ataque. Pero es poco consistente. El propio Hitler era católico de bautismo y nunca dio señales de ateísmo. En varias ocasiones declaró que su fe cristiana era un antídoto contra “el veneno judío”, y que su objetivo era erradicar el movimiento ateo. La reductio ad Hitlerum también pasa por alto otras cuestiones que conviene no olvidar. Ante todo, la complicidad de la propia Iglesia con dictaduras como la de Mussolini, quien le cedió tres kilómetros cuadrados del centro de Roma a cambio de su apoyo al régimen. Pero también el hecho, excusable pero no inexistente, del paso fugaz de Ratzinger por las juventudes hitlerianas.

Este sesgo también está presente en el intento del Papa de utilizar las luchas anticlericales de los años treinta como arma arrojadiza contra las posturas laicistas de hoy. Aquellas luchas comportaron a menudo actos enconados contra la Iglesia. Pero no fueron gratuitos o simplemente irracionales. Ya en 1870, los obispos denunciaron las uniones civiles como “la legalización del concubinato universal”. Cuando la I República intentó plantear la separación entre Estado e Iglesia, esta se convirtió en un freno a la democratización social y cultural y en aliada clave del corrupto y autoritario régimen monárquico posterior. El pecado imperdonable de la II República fue cuestionar esa historia. La Constitución de 1931 prohibió el mantenimiento económico de las iglesias, decretó la disolución de algunas órdenes religiosas –como los jesuitas– y prohibió al resto adquirir bienes y ejercer la enseñanza. Las propiedades del clero pasaron a ser objeto de fiscalización estatal y, excepto autorización gubernativa, se abolió el culto público.

Es obvio que poco y nada en la política actual evoca semejante programa laicista. Es más, cuando Ratzinger embiste contra el anticlericalismo de los años treinta, no sólo silencia el estrecho vínculo entre Iglesia y poder que explica su surgimiento. También calla la furibunda reacción eclesiástica frente al mismo y su abierta complicidad con los casi 40 años de dictadura nacionalcatólica que vinieron luego. El franquismo, en efecto, reparó ampliamente a la Iglesia por las agresiones sufridas. El Concordato de 1953, apenas alterado tras la Transición, le garantizó exenciones fiscales, subvenciones de toda clase y una incidencia desmesurada en la educación o el ejército. Su poder se hizo sentir también durante la elaboración de la Constitución de 1978, cuando los sectores católicos presionaron con denuedo para que la financiación de la educación religiosa se blindara como derecho fundamental. Esa presión explica que el artículo 16 renunciara a la consagración de un Estado laico, reconociendo la aconfesionalidad pero previendo, al mismo tiempo, el establecimiento de relaciones especiales de cooperación con la Iglesia católica.

A la luz de este relato, no extraña que la Iglesia siga siendo una de las pocas instituciones que, en pleno siglo XXI, milita activamente por mantener viva la memoria de los vencedores de la Guerra Civil, humillando así a las miles de familias de creyentes y no creyentes asesinados por la dictadura. Que Ratzinger exhume el espantajo del secularismo, ocultando la genealogía del extremismo nacionalcatólico, justifica las simpatías que la Iglesia oficial cosecha entre la derecha política o entre la familia real. Pero no así la condescendencia que algunos partidos de izquierda exhiben hacia ella, pensando que aplacarán su afán de interferencia pública.

Durante su visita, Ratzinger no pronunció mea culpa alguno por el apoyo de la jerarquía eclesiástica a dictaduras de diverso tipo, por la persecución de cristianos solidarios con la suerte de las clases populares –como los vinculados a la teología de la liberación– o por la hipócrita y dañina conducta sexual de muchos de sus pastores. Todo lo contrario: el apoyo desmedido de las instituciones le ha servido de plataforma para lanzar una enésima soflama contra los derechos reproductivos de las mujeres, las uniones “antinaturales” entre personas del mismo sexo o la racionalidad científica.

Quien hace estas declaraciones no es un artista o un intelectual provocador. Es el máximo representante de una institución que, pese a haber perdido muchos feligreses, goza de privilegios que sublevarían los ánimos tratándose de otras confesiones. El laicismo blando del Gobierno del PSOE se ha mostrado compatible con un trato de favor que –por convicción o por simple cálculo electoral– ha crecido en los últimos años. Quienes profesan otras creencias religiosas, y llegan incluso a ser estigmatizados por ello, tienen derecho a sentirse discriminados. Quienes no profesan ninguna, y ven cómo los recursos públicos se utilizan para impedir la imparcialidad estatal en la materia, también. No cabe engañarse: al decir lo que dice, Benedicto XVI no comete error alguno. El error es que las instituciones públicas contribuyan a otorgar a su visita y a sus declaraciones un aura de asunto de Estado y de respetabilidad que no merecen.

Gerardo Pisarello y Jaume Asens son juristas y miembros del Observatorio de Derechos Económicos, Sociales
y Culturales de Barcelona.

Extraído de Dominio Público de 12/11/2010

Artículo original en: http://blogs.publico.es/dominiopublico/2671/los-%E2%80%98errores%E2%80%99-de-benedicto-xvi/

Eduardo Mendoza recomienda al «analfabeto» Papa que lea

Por afirmar que hoy en España se da un laicismo y un anticlericalismo «agresivo»

El escritor Eduardo Mendoza ha calificado al papa Benedicto XVI de «analfabeto» por afirmar que hoy en España se da un laicismo y un anticlericalismo «agresivo» similar al de los años treinta del pasado siglo. Para mitigar su incultura, el autor barcelonés le ha recomendado que lea.

En una rueda de prensa celebrada en Santiago de Compostela para presentar Riña de gatos. Madrid 1936, último Premio Planeta de novela, Mendoza ha criticado las palabras que el sumo pontífice pronunció en el avión que lo trasladaba el pasado sábado 6 de noviembre de Roma a la capital de Galicia.

«Usted es un analfabeto; ¿usted no sabe lo que pasaba en el 36?, ¡Lea mi libro!«, dijo el escritor en referencia a Benedicto XVI y sus recientes declaraciones en las que aseguraba que hoy se desarrolla en España un anticlericalismo y un laicismo parecido al de los años treinta.

El ganador del último Planeta aseguró que en aquellos años «estaban pasando cosas tremendas». «¿Cuántas iglesias se queman hoy en España? Ninguna, y si se quema es por un cortocircuito; y aquí es que iban a echar gasolina y poner fuego. La gente quemaba iglesias, claro que la Iglesia quemaba gente antes, que es peor«, ha dicho.

Mendoza ha presentado hoy en la capital gallega su libro ganador del Planeta junto a la finalista del premio, Carmen Amoraga, autora de El tiempo mientras tanto.

Sobre la Guerra Civil, el escritor barcelonés considera que «todavía quedan muchas cosas por resolver». «Creo que sigue pesando mucho en la vida colectiva de España, pero creo también que ha dejado de ser una realidad que condiciona el presente».

Por su parte, Amoraga, ha dicho que la suya «es una novela coral» en la que «lo importante no es tanto lo que pasa sino cómo viven los personajes lo que les está ocurriendo».

Extraído de Público de: 16/11/2010

Noticia original en: http://www.publico.es/346978/eduardo-mendoza-recomienda-al-analfabeto-papa-que-lea