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Europa Laica cree que el Tribunal Constitucional salvaguarda los privilegios de la Iglesia católica

Europa Laica critica que el Tribunal Constitucional no haya admitido a trámite la demanda de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) contra una sentencia del Tribunal Supremo, que impedía a cualquier ciudadano darse de baja de la Iglesia católica. Esta asociación considera que este tribunal salvaguarda los privilegios de esta organización religiosa, en detrimento de los derechos individuales reconocidos por la propia Constitución.
Los poderes públicos se pliegan, una vez más, a los intereses y a la pretendida inviolabilidad de la jerarquía católica, en contra de la Constitución Española.
La decisión del Tribunal Constitucional demuestra que la Iglesia católica española goza de privilegios que ninguna otra institución tiene; las leyes que emanan del Parlamento y que forman parte de nuestro ordenamiento jurídico, como la protección de los datos personales, no tienen validez en aquellos ámbitos donde actúa o que interesan a la Iglesia católica.
Muchos ciudadanos y ciudadanas no entienden que puedan darse baja en cualquier organización política, social, sindical o profesional y, sin embargo, no puedan hacer lo propio en la Iglesia católica, lo que demuestra que esta organización religiosa actúa en un ámbito de impunidad.
Por otro lado, si, tal y como estableció el Tribunal Supremo, los libros bautismales no son un listado que pueda modificarse voluntariamente por los interesados, Europa Laica considera que tampoco deberían ser utilizados por la jerarquía de la Iglesia católica para invocar la supuesta pertenencia de muchas personas a esta organización religiosa. Cientos de miles de ciudadanos están en sus registros y sin embargo, en conciencia, han dejado de pertenecer a ella, lo que no impide a muchos obispos mentir habitualmente a la opinión pública sobre las cifras de ciudadanos católicos en nuestro país.
Europa Laica reclama al Gobierno y al Parlamento una ley que legisle a favor de la libertad de conciencia, y que sitúe los derechos individuales por encima de las presiones y privilegios de los grupos religiosos. Esta ley, en consecuencia, daría cauce legal a la demanda y al derecho a la apostasía.
Un contencioso jurídico que se inicia en 2006
El contencioso jurídico se inicia en 2006 cuando el valenciano Manel Blat González recurrió a la AEPD para que la iglesia en la que fue bautizado retirase su nombre del Libro de Bautismo. La AEPD estimó parcialmente esta reclamación y requirió al arzobispado de Valencia a que certificase que había anotado en la partida de bautismo de Blat su negativa a pertenecer a la Iglesia Católica.
El arzobispado recurrió a la Audiencia Nacional y, al no darle ésta la razón, acudió al Tribunal Supremo. Este último recurso sí prosperó, pues estableció que los libros de bautismo no tienen carácter de ficheros y por lo tanto no están sometidos a lo establecido en la Ley de Protección de Datos. La AEPD recurre al Tribunal Constitucional, que finalmente no admite a trámite este recurso.

Extraído de Laicismo.org. Publicado el 29/02/2011

Artículo original en:

http://www.laicismo.org/observatorio/destacados/europa_laica_cree_que_el_tribunal_constitucional_salvaguarda_los_privilegios_de_la_iglesia_catolica.html

La Iglesia calla sobre los abusos al pedir dinero del IRPF

Extraído de Público de 5/05/2010
Artículo original en: http://www.publico.es/espana/310414/iglesia/dinero/renta/bautizar/hijos

Los obispos prevén ganar un 10% menos por la crisis. El año pasado aumentó su recaudación

«¿Sabe qué le digo? En los últimos años, 700.000 cruces más». Esto fue lo más parecido a una respuesta que los periodistas lograron sacar ayer al obispo de Ciudad Real y responsable del Sostenimiento de la Iglesia española, Antonio Algora, durante la presentación de la campaña de la Renta 2009. La pregunta, formulada hasta en cinco ocasiones, era bien sencilla: «¿Cree que los escándalos de pederastia en la Iglesia afectarán a su recaudación en el IRPF?».

Justo el día después de que, por fin, la Iglesia españo-la denunciara por primera vez un presunto caso de abusos sexuales cometidos por un fraile, los obispos regresaron a su política de silencio. Ayer sólo interesaban los dineros de la declaración de la Renta (253,4 millones de euros recaudados el pasado año) y la apelación a que, en mitad de la crisis, los contribuyentes no se olviden de marcar la casilla de la Iglesia católica en su declaración.

«A día de hoy, es urgente, es necesario marcar la x de la Iglesia este año, pero no para mantener una estructura, sino para que podamos bautizar a nuestros hijos, para que podamos vivir la fe, para que puedan permanecer abiertas muchas iglesias, para poder ejercer plenamente la libertad religiosa», afirmó el gerente del Episcopado, Fernando Giménez.

Un lamento que contrastó con las palabras de Algora, quien se jactó del incremento en el número de cruces marcadas. Según el Episcopado, han aumentado en 712.000 desde que, hace dos años, entrara en vigor el nuevo sistema de financiación (que incrementaba al 0,7% el porcentaje para la Iglesia, en lugar del 0,52 anterior).

La Iglesia calcula que siete millones de declaraciones (más de nueve millones de contribuyentes) aprovechan la opción de reducir su contribución al Estado para financiar a esta institución.

Pese a todo, el panorama no es nada halagüeño. Los propios responsables de la Conferencia Episcopal reconocieron ayer que prevén un descenso en los fondos recaudados cercano al 10%, lo que se traduciría en más de 25 millones de euros. «Es posible que bajen los dineros que se pagan al Estado y, por tanto, las aportaciones a la Iglesia católica», apuntó Algora, que en todo caso se mostró «optimista».

¿Cuáles serán las causas de este descenso? Oficialmente, la crisis económica fue la única razón asumida por el Episcopado, aunque las recientes encuestas apuntan a que los escándalos por la pederastia y la actuación encubridora de la jerarquía ante los casos de abusos denunciados también harán mella en la famosa casillay, sobre todo, en la confianza en la institución. Este es uno de los pilares de la campaña que ayer se presentó.

«La x es un compromiso con los que sufren», declaró el obispo, que añadió que «la Iglesia realiza un servicio impagable», y más aún en plena crisis económica. «Estamos con los parados, con los inmigrantes, con quienes se han bajado del andamio», argumentó Algora. «Precisamente ahora es el gran momento para dar el paso y marcar la casilla», pidió Fernando Giménez antes de presentar los anuncios de la campaña de este año, que lleva por lema: Yo también marco la x a favor de la Iglesia, ¿y tú?

«Las personas marcan la casilla porque desean colaborar o aprecian a la institución», sean o no católicos, añadió el gerente del Episcopado. «Nueve millones de contribuyentes marcan la casilla. Entre ellos no están los niños, los ancianos, los parados», sostuvo. «Ni los curas», intervino Algora, que no hacen la declaración». ¿Qué demuestra esto? «Que, a día de hoy, la presencia de la Iglesia necesariamente reclama un apoyo», insistió el prelado. Incluso, remachó, para los no católicos.

Como en años anteriores, la Iglesia católica justifica este apoyo con su presencia en hospitales, ONG, misiones y acción social. El dinero del IRPF, dicen los obispos, les ayuda a «estar cerca de los más desfavorecidos» o a estar «presentes en Haití».

Pagar los sueldos

La realidad es que todos los fondos recaudados por los obispos con la famosa casilla van a sufragar el culto católico, los sueldos de los sacerdotes y la Seguridad Social del clero. De hecho, aunque su ejemplo y su función social aparezcan en los anuncios de la casilla eclesiástica, las ONG católicas reciben en realidad su ayuda a través de la casilla de Otros fines de Interés Social.

Giménez insistió en que marcar la x de la Iglesia «supone apostar por la familia, la educación en valores, el desarrollo integral de las personas y, en el fondo, luchar contra la crisis económica». Una crisis que, hasta la fecha, no ha afectado a las arcas de la institución, que en los últimos dos años ha visto cómo la cantidad ingresada por el IRPF casi se duplicaba, pasando de 140 millones de euros a 253,4 millones.

Finalmente, los obispos remarcaron que optar por marcar su casilla no es incompatible con señalar la destinada a las ONG. «Es un sencillo gesto que no le supone a nadie pagar más ni que le devuelvan menos», pidió. En torno al 35% del dinero del IRPF derivado a los beneficiarios de la casilla de Otros Fines Sociales beneficia también a instituciones de la Iglesia.