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Educar en el ateísmo

Educar en el ateísmo es enseñar y transmitir el bagaje intelectual, científico y cultural de la especie humana.

Un articulo de Chema Álvarez en el Periodicoextremadura.com

Hace aproximadamente un año, una compañera de trabajo que se había ido a Argentina a aprender logogenia, me trajo desde más allá del charco y por encargo el entonces último libro del filósofo bonaerense Alejandro Rozitchner , titulado «Hijos sin dios. Cómo criar chicos ateos».

Escrito en colaboración con su esposa Ximena Ianantuoni , al estilo de los antiguos diálogos humanistas y publicado por la Editorial Sudamericana de Buenos Aires, el libro ofrece un conjunto de reflexiones y de orientaciones para criar a los hijos sin religión, desde el convencimiento de que dios no existe y en armonía con un sistema de valores que propugna el librepensamiento y el respeto hacia las personas que sí profesan creencias religiosas. Para quienes somos padres y ateos -como es mi caso, en el que lo soy por elección y por convicción- este es, quizás, uno de los pocos libros que existen en el abultado mercado editorial de la autoayuda para padres y madres que trate el tema desde un punto de vista experiencial y práctico, planteando situaciones cotidianas en la crianza de los hijos.

A veces parece que está mal hablar del ateísmo. Decir cosas como «yo soy ateo», «yo no creo en ninguna religión» o «yo sé que dios no existe» origina en un contexto generalizado de personas creyentes cierta incomodidad intelectual. Más aún cuando quien dice esto no es más que un niño de apenas siete u ocho años que ha sido educado sin la creencia en religión alguna. Recuerdo que, en cierta ocasión, mi hijo mayor, que no asiste a clases de religión, fue perseguido durante varios días en el patio de su colegio durante el recreo por otro compañero que insistentemente le decía que «dios existe» y que «iría al infierno por no creer en nada», persecución que finalmente cesó cuando el perseguido, harto de la insistencia del perseguidor, tuvo que darle a su compañero la razón sobre su creencia, a fin de que le dejara de una vez en paz y el asunto no fuera a mayores. Cosas de niños.

Sin embargo, las llamadas conminando a la creencia en dios tienen el don de la ubicuidad, es decir, están en todas partes, sobre todo en los contextos educativos, que presumen de ser laicos pero donde se origina gran revuelo sin algún padre o madre reclama que a su hijo o hija no le enseñen a creer, ya sea de forma directa, a través de las clases de adoctrinamiento, o indirecta, mediante la exposición de simbología como crucifijos o estampas de santos y de vírgenes.

Hay quien cree que educar a los hijos en el ateísmo es educarles en la tristeza de no creer en nada. Allá él o ella con sus creencias, porque lo cierto es que criar hijos ateos supone asumir una educación responsable, coprotagonizada en gran medida por padres e hijos, fundamentada en el respeto a los demás y en el conocimiento de uno mismo. Como se afirma en algún lugar del libro del matrimonio Ianantuoni-Rozitchner, los valores han de estar fundados en certezas personales y no en principios universales. En el ateísmo, las ideas de pecado y de castigo son sustituidas por la convicción de que cada uno o cada una es responsable de sus propios actos y ha de asumirlos como tal. Educar en el ateísmo es enseñar y transmitir el bagaje intelectual, científico y cultural de la especie humana, sin omitir el conocimiento de las religiones como parte de la mitología, pues poca diferencia hay entre que el minotauro nazca del cruce de una diosa y de un toro y en que el profeta de una de las mayores religiones monoteístas nazca de una mujer virgen en tiempos en los que no existía ningún método de fecundación artificial. A diferencia de la Iglesia, que dispone de dogmas inmutables e incuestionables, la ciencia propone que todo se transforma y todo se cuestiona, tal y como se expresa en otro excelente libro sobre el tema –mucho más beligerante que el de la pareja argentina–, «Adios a dios. Manual para pensar en libertad», de Fernando Montaña Lagos .

Educar en el ateísmo es responder a las preguntas serias de nuestros hijos e hijas sin mentiras ni cuentos de hadas, despojándolas de todo atisbo religioso. Cuando un niño tiene capacidad para hacer una pregunta, también tiene el derecho a obtener una respuesta adaptada a su edad. Preguntas como de dónde venimos o a dónde vamos cuando morimos exigen respuestas que pasan por explicar el fenómeno de la reproducción sexual sin tapujos o el suceso de la muerte como parte de un ciclo natural. El hecho de la evolución -tanto biológica como cultural- nos ayuda bastante en esta tarea de conocer el entramado de la vida en general y de la condición humana en particular. Y a su gran pregunta, suscitada un día por un encontronazo en el patio del colegio, cabe responderles rotundamente que no, que dios no existe como realidad, aunque sí exista como idea en la mente de algunas personas, no más allá de lo que supone una creencia semejante a la de quien considera que sus hijos son más listos o más guapos que los de los demás.

Extraído del blog Sin Dioses de 11/07/2011

Artículo original en: http://jodo.co/cH4

Movimiento Hacia Un Estado Laico (MHUEL) presenta «aprender sin dogmas»

Este miércoles 4 de mayo, Movimiento Hacia Un Estado Laico (MHUEL) presentará en el Centro Social Librería La Pantera Rossa a las 19:30 horas el libro “Aprender sin dogmas. Enseñanza laica para la convencia”, una edición de Europa Laica. A la presentación asistirá Fermín Rodriguez, coordinador de Educación de Madrid Laico y coautor del libro.

La Fundación Europa Laica es una asociación presente en todo el Estado español y en algunos países europeos, que propugna el establecimiento de las condiciones jurídicas, políticas y sociales idóneas para el pleno desarrollo de la libertad de conciencia y del cumplimiento de los derechos humanos básicos. Con motivo de su 10º aniversario, y en homenaje a la escuela laica, ilustrada y republicana, como instrumento emancipador del ser humano, Europa Laica ha editado

En el libro, “Aprender sin dogmas” han colaborado, con ensayos y artículos, 13 autores que, desde una diversidad de opiniones, contrastan ideas y razonamientos relacionados con un modelo de enseñanza pública y laica, poniendo en cuestión el actual modelo confesional español, en donde en los centros escolares de titularidad pública se mantiene la religión, en muchos se mantienen simbología y se desarrollan actividades católicas, hay un currículo con un cierto ideario confesional y la escuela católica es financiada por el Estado.

En la publicación, desde distintos enfoques y una diversidad de opinones, los autores realizan propuestas  sobre lo que significa, realmente, un modelo de enseñanza laica en cuanto a su estructura, proyecto de centro, currículo y organización.

Noticia original en: http://www.lapanterarossa.net/movimiento-hacia-un-estado-laico-mhuel-presenta-aprender-sin-dogmas/

Religión pierde en cinco años más de 350.000 alumnos

Las estadísticas de matriculaciones en enseñanza religiosa denotan la crisis católica en los jóvenes españoles.

Primero el victimismo y después la amenaza. Esa es la estrategia de los obispos ante el rechazo social que muestran las estadísticas. Tan sólo un 34,1% de los matrimonios son católicos, en los seminarios apenas entraron el pasado año 574 alumnos y la mitad de los adolescentes rechaza estudiar Religión. Un laicismo galopante en un país donde un 73% se considera católico, según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Una semana después de que un clamor universitario (453 profesores apoyan un manifiesto por la universidad laica) reclame la salida de las capillas de los campus, la jerarquía de la Iglesia avisó ayer: «Sabed que eliminar a Dios significa romper el círculo del saber».

La Conferencia Espiscopal Española hizo públicos ayer los datos de matriculaciones en Religión en el sistema educativo. Sus alumnos están en caída libre. En apenas cinco años, los obispos han tenido que reconocer un descenso de más de 350.000 alumnos (de 3,54 a 3,17 millones) que optan por esta asignatura en España. Un descenso estructural, que ha hecho que se pase del 77,4% de alumnado en el curso 2005-06 a apenas el 71% del actual, según las últimas estadísticas. Esa reducción supone una caída del 8,3%.

Esta radiografía de la fe juvenil explica, para algunos, la reacción desmedida de la jerarquía de la Iglesia ante la reciente protesta estudiantil contra una capilla en la Universidad Complutense de Madrid. «Estas acciones son un atentado a la libertad de culto y una profanación de un lugar sagrado», reaccionó el Arzobispado de Madrid antes de que el sindicato ultraderechista Manos Limpias le siguiera con una querella. Algunos de los alumnos acabaron en comisaría.

Los estudiantes, en su mayoría de Ciencias Políticas, consiguieron con éxito abrir el debate sobre el Estado aconfesional. Pero a cambio han dado alas al discurso del cardenal Rouco Varela que proclama la «persecución» de los católicos en España.

Además, la derecha, auspiciada por la Policía que actuó sin vacilación ante la querella de Manos Limpias, ha teñido el debate de cruzada nacionalcatólica: «No estoy aquí para juzgar a la Policía ni a los jueces, y como desconozco y además no he visto el acto de estas señoras que se desnudan de cintura para arriba Lo que sí sé es que si esto lo hubiesen hecho en una mezquita, que no tendrían que haberse ido muy lejos, tienen la de la M-30, eso sí que hubiese sido motivo no sólo de detención, sino de algo verdaderamente gravísimo», reflexionó ayer la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre.

Cristianos de base

«Somos partidarios de que las capillas salgan de la universidad, donde no debería haber ningún culto», señala el miembro de una corriente progresista de cristianos de base, José María García Mouriño. «El acto fue de una enorme falta de respeto a otras conciencias», reconoce antes de criticar que los obispos «tienen miedo a quedarse solos». «Están forzando algunas situaciones incluso violentamente. A muchas parroquias y colegios se les obliga a hospedar gratis a los que vengan a la próxima visita del papa en agosto, un señor que representa a una pequeña parte de los católicos pero que costará a todos 50 millones de euros», critica García Mouriño.

La organización de la Jornada Mundial de la Juventud en agosto es una de las principales labores de las capillas universitarias. «Es cierto que sociológicamente hay datos que demuestran una disminución de católicos, pero la experiencia me dice que la demanda de los servicios de las capillas tiene un porcentaje considerable», opina el delegado de la pastoral universitaria de Madrid, Feliciano Rodríguez.

Los datos ofrecidos ayer por el Episcopado dicen que los bachilleres llegan a la universidad con la mente lejos de la Iglesia. El descenso es cada vez más acusado en Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), donde por primera vez se baja del 60% de aceptación (58,9%), y en Bachillerato, donde ya son minoría los que optan por la materia (42,7%). En Infantil (77%) y Primaria (80%), todavía existe un amplio margen de esperanza.

Los obispos no miran hacia adentro al analizar los datos. Se limitan a calificar de «urgencia educativa» la situación. «Es tiempo de decisiones importantes para los hijos, superando las dificultades que, a veces, se aplican a la enseñanza religiosa», subrayó el Episcopado. Los obispos denuncian «la nula, escasa o sesgada información a la hora de matricular a los hijos; el mismo menosprecio que, en ocasiones, se hace de los profesores, impidiendo el desarrollo de su actividad; el traslado del horario de las clases de Religión a la primera hora o a la última del día, invitando así a los alumnos a no asistir; la minus-valoración frecuente de la aportación de la religión a la educación de los alumnos».

Sin alternativas

Muy diferente es el punto de vista de las organizaciones laicas. «Si hubiese una alternativa a la asignatura de Religión los resultados se desplomarían. Los padres, en muchas ocasiones, no tienen otra opción», señala el presidente de Europa Laica, Francisco Delgado.

En el fondo del debate aparece el pasado franquista que todavía rige las relaciones Iglesia-Estado en España por unos acuerdos con el Vaticano negociados y redactados antes de que se aprobara la Constitución de 1978. «Las capillas en las universidades son legados de una tradición, y no sólo del franquismo. Las religiones deben estudiarse e investigarse, sin ninguna duda, en Historia, Sociología, Ciencia Política, Antropología, Periodismo… Sus manifestaciones practicas, sin embargo, deberían estar fuera del campus público», explica el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Zaragoza, Julián Casanova.

Los obispos insisten en dibujar un panorama de persecución fomentado por la Ley Orgánica de Educación (LOE). «La discriminación de la enseñanza religiosa escolar va contra los derechos fundamentales de los padres y perjudican el auténtico, pacífico y verdadero progreso humano, espiritual y religioso del alumno. La LOE ha introducido trabas inaceptables para que los alumnos opten en igualdad de oportunidades por la enseñanza de la religión católica».

Extraído de Público de 24/03/2011

Noticia original en: http://www.publico.es/espana/367739/religion-pierde-en-cinco-anos-mas-de-350-000-alumnos

Estudiantes en topless frente a la Iglesia: más razón que un santo

El pasado jueves, coincidiendo con el final de un ciclo de conferencias sobre feminismo organizado por diversos colectivos universitarios, unas setenta estudiantes entraron pacíficamente en la capilla del Campus de Somosaguas de la Universidad Complutense de Madrid. Mediante una representación teatral protestaban contra el machismo y la homofobia de la Iglesia Católica y contra los privilegios de los que goza esta institución en un espacio público y laico como la universidad pública.

Parece que el hecho de que varias de las jóvenes se desnudaran de cintura para arriba durante la performance ha encrespado los ánimos de ciertos sectores ultracatólicos y una avalancha mediática conservadora ha tratado de criminalizar a las estudiantes. Varios medios han hablado de «asalto» y «allanamiento» de la capilla, de «delito contra la libertad de culto», han denunciado que el rector de la Complutense ampara la «persecución religiosa» y algunos columnistas no han dudado en calificar a las alumnas de «zorras». El sindicato de extrema derecha Manos Limpias se ha atrevido incluso presentar una querella criminal contra las estudiantes.

Más allá la relevancia simbólica y anecdótica de la iniciativa estudiantil, lo que está claro es que las alumnas han puesto sobre la mesa una cuestión que tiene que resolverse y frente a la que los demócratas tenemos que posicionarnos de manera contundente: la existencia de centros de culto católicos en las universidades públicas.

El problema no es que la Iglesia Católica sea la institución que más legitimó y se benefició del franquismo o que, sistemáticamente, haya combatido con fe ciega el reconocimiento de derechos a las mujeres y a las personas homosexuales, o que callara el 23-F, o que entre sus miembros los casos de abusos sexuales a menores hayan alcanzado niveles escandalosos. Con todo eso, en una sociedad democrática, la Iglesia y los católicos tienen, como cualquier persona o colectivo, perfecto derecho a practicar su religión, a organizarse y a defender sus ideas, incluso cuando éstas son claramente antidemocráticas, como ocurre con buena parte de los planteamientos de la Iglesia.

Lo que es intolerable es que, en el marco de un Estado que se dice laico, sigan disfrutando de los privilegios que les otorgó su franquismo en las universidades públicas.

Se podrá estar en desacuerdo con la forma en la que las estudiantes llevaron a cabo su protesta pero, permítasenos el chiste, tenían más razón que un santo en sus reivindicaciones. Gracias a su audacia y a su compromiso democrático, del que debiéramos aprender algo los profesores, se ha presentado una ocasión inmejorable para que las autoridades académicas tomen nota y acaben de una vez por todas con los privilegios de la Iglesia en las universidades públicas.

Como demócratas y como profesores no podemos tolerar además que se criminalice y amenace a las estudiantes que, organizando jornadas, seminarios, debates y ¿por qué no? también movilizaciones, protestas y performances, nos recuerdan que la universidad debe ser un espacio laico y democrático para la crítica y la diversidad.

* Pablo Iglesias Turrión es Profesor de Ciencia Política de la Complutense

Extraído de Público de 14/03/2011

Artículo original en: http://www.publico.es/365988/estudiantes-en-topless-frente-a-la-iglesia-mas-razon-que-un-santo

 

AVALL estudia la adopción de medidas legales contra el programa escolar de la Iglesia católica

La Associació Valenciana d’Ateus i Lliurepensadors rechaza el programa de educación sexual elaborado por el arzobispado para los colegios

La sociedad valenciana acaba de sufrir un ataque frontal a su sistema de convivencia. Se trata no solo de una agresión muy grave a los principios democráticos en los que supuestamente está inspirado nuestro sistema político, sino una situación sin precedentes desde la restauración democrática.

Como es sabido, el Arzobispado de Valencia ha encargado a la sección española del Pontificio Instituto Juan Pablo II, cuya sede está en Valencia, un programa de educación sexual dirigido a los colegios. Esta “guía formativa”, titulada «Educar la sexualidad para el amor”, intenta transmitir a niños de entre 5 y 14 años una visión de la sexualidad acorde con la doctrina de la jerarquía católica. Sin embargo, este documento no se va a quedar en una declaración de intenciones, sino que va a ser el material a partir del cual se imparta la docencia. Es decir, la Generalitat va a tolerar que se impartan en aulas de colegios de la Comunitat Valenciana un temario no solo diferente sino opuesto al dictado por la propia Generalitat, el PIES (Programas de Intervención de Educación Sexual), elaborado por técnicos de sanidad.

Donde el PIES hablaba de contracepción, este panfleto habla de contención, castidad y fertilidad. Donde el PIES habla de reconocer la diversidad sexual y la diversidad de modelos de familia, este panfleto habla de funcionalidad y disfuncionalidad. Donde el PIES habla de sexualidad responsable, este panfleto habla de pudor y autocontrol. Donde el PIES habla de salud y de prevención de contagio de enfermedades, este panfleto habla de vicios. Donde el PIES habla de reflexión crítica frente a las desigualdades por razón de género, este panfleto habla de natalidad, erotismo y pornografía. Donde el PIES habla de la sexualidad en la construcción social y de la necesidad de reconocer la igualdad entre hombres y mujeres, este panfleto habla de la diferenciación sexual, del noviazgo y del celibato.

Comprobamos, por tanto, que el giro ha sido radical, en la medida en que los criterios científicos han sido sustituidos por prejuicios que atacan a estos frontalmente. ¿Cómo es posible que el Gobierno de todos abdique de sus obligaciones y se humille ante un sistema de creencias que no solo no es compartido por todos los habitantes de su demarcación sino que desafía el conocimiento científico internacionalmente consensuado, e incluso el más elemental sentido común? ¿Se han variado los principios políticos que sustentan nuestra convivencia y hemos adoptado los teocráticos? ¿Van a ser estos principios los que rijan en los centros de salud o en los hospitales a partir de ahora? Si se deja pasar esta atrocidad sin respuesta ¿cuál será el siguiente paso? ¿Vamos a negar la esfericidad de la tierra? ¿Vamos a enseñar creacionismo en los colegios? La Constitución no se puede quedar a las puertas de los colegios privados o concertados. Esta situación abriría la puerta a que el día de mañana otras confesiones religiosas pudieran imponer sus contenidos curriculares. ¿Educaremos en la sumisión de la mujer y en la necesidad de que cubra su cuerpo y su cara como lo aseguran intérpretes del Corán? ¿Enseñaremos en los colegios que las transfusiones de sangre están prohibidas porque lo decía Jehová?

Pero es todavía peor. Este panfleto, que ya está en poder de los colegios religiosos (privados y concertados) de la diócesis de Valencia, se pretende que pueda ser aplicado también en los colegios públicos bajo este argumento: «los consejos escolares tienen autonomía para aprobar aquellas actividades o programas extraescolares que consideren. Los centros, si es aprobado por su consejo escolar, pueden decidir este tipo de cuestiones que son voluntarias dentro de su libertad». ¿Y dónde queda la libertad de los padres que se encuentren en minoría en un colegio público para elegir que sus hijos sean educados según criterios científicos? La democracia no es tanto la imposición de la voluntad de la mayoría como el respeto de las minorías. Y, sinceramente, no creemos que aquellos que consideran a la ciencia como una forma de conocimiento inferior al prejuicio y el dogma religioso sean mayoría en la Comunitat Valenciana.

¿En qué documento de la OMS (Organización Mundial de la Salud) se habla de que la masturbación es un “vicio”? ¿Si “las relaciones sexuales humanas han de ser realizadas por los esposos que acogen la vida” y se ha de entender “acoger la vida” como procrear, no serán tampoco relaciones sexuales humanas las que tengan parejas heterosexuales estériles, o ancianas, o que no sean miembros de la Iglesia Católica y vivan en concubinato? ¿Qué puede pensar el hijo de una familia monoparental u homosexual cuando sus profesores tildan a su familia de disfuncional? ¿Cómo podemos permitir que una asociación de célibes se permita desde un aula dar lecciones de moral, sexual o de otro tipo, y juzgar a los padres de un menor? El autodominio y la continencia en materia sexual no parecen haber tenido mucho éxito dentro de la Iglesia católica, habida cuenta de los miles de casos en todo el mundo que se han hecho públicos, y de aquellos otros que nunca se darán a conocer, donde han estado implicados sacerdotes e incluso obispos en delitos de pederastia.

Estamos ante una situación tan grave que el silencio solo puede ser entendido como complicidad o sumisión. No es posible dejar sin respuesta una agresión tan profunda a nuestro sistema de convivencia. Si las personas de bien no levantamos la voz ante esta situación, la escalada puede seguir hasta límites difíciles de prever. No queremos avergonzarnos de ser valencianos. No queremos ser blanco de las burlas, ni podemos resignarnos a un ridículo internacional de este calibre. Por todas estas razones, AVALL (Associació Valenciana d’Ateus i Lliurepensadors) va a estudiar la adopción de medidas legales que tengan por objetivo frenar este último delirio de regional-catolicismo. Creemos que hay indicios de delito contra la salud pública por el asunto de los preservativos. Creemos que hay indicios de delito en la vejación a los homosexuales. Creemos que hay indicios de delito en la supeditación de los intereses generales a una confesión religiosa.

La sumisión quizá sea una virtud para aquel sistema de creencias que ha renunciado a la razón, pero desde luego no puede ser una virtud para una ciudadanía crítica, consciente de sí misma y que aspira a vivir en el siglo XXI.

Associació Valenciana d’Ateus i Lliurepensadors

http://www.ateusvalencians.es
http://ateusvalencians.blogspot.com/

Extraído de Rebelión de 06/03/2011

Artículo original en: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=123670&titular=avall-estudia-la-adopci%C3%B3n-de-medidas-legales-contra-el-programa-escolar-de-la-iglesia-cat%C3%B3lica

La fe se cuela en el templo de la ciencia

La universidad pública ofrece servicios religiosos católicos

Confesiones en varios idiomas, misas a diario, celebración de bautizos, bodas y funerales. Estos son algunos de los servicios que se ofrecen… en la Universidad de Sevilla. Lo hace mediante el Servicio de Asistencia Religiosa (Sarus), cuyo director es el capellán universitario. Como en la Hispalense, y según ha podido constatar Público, al menos 21 universidades públicas ofrecen, de manera permanente o puntual, servicios religiosos. Pero sólo católicos. 26 univesidades, algo más de la mitad de las consultadas por este diario, mantienen la estricta separación entre fe y conocimiento.

¿Y a qué se dedica un cura, propagador de un mensaje de fe, en la universidad, espacio de difusión de conocimiento científico? Según el capellán de la de Sevilla, Álvaro Pereira, el servicio de asistencia religiosa tiene como misión «colaborar en la formación integral de los miembros de la comunidad universitaria», ofreciendo, entre otros servicios, «asistencia espiritual».

Once universidades ofrecen un servicio permanente de asistencia religiosa, frente a diez que lo hacen esporádicamente. Con una misa a principios de curso, por ejemplo.

«Es una cuestión que entra dentro de la autonomía universitaria», aseguran desde el Ministerio de Educación, en el que desconocen el número de universidades que tienen acuerdos formales de colaboración con los obispados o cuántas ofrecen servicios religiosos. Tampoco la Conferencia Episcopal da una cifra. «Eso depende de cada obispado», explica un portavoz, que también afirma, antes de colgar el teléfono, que «la laicidad está pasada de moda».

Campus como el de la Complutense de Madrid, Illes Balears o Huelva tienen firmados convenios con sus respectivos obispados. La Universidad de Valladolid lo rubricó en 1988 con el obispo de Osma-Soria. En él se recoge que el director del Aula de Teología «será nombrado por el rector, a propuesta del obispado». Este, a su vez, realizará las labores de capellán universitario. Entre sus tareas se encuentran las «celebraciones litúrgicas». Eso sí, en el apartado de «economía» se deja bien claro que los gastos «corren a cargo de la universidad», que además facilita una «sede-aula». Es decir, dinero público para atender demandas religiosas privadas.

Cárceles y hospitales

Centros penitenciarios y hospitales también ofrecen este servicio, amparados por la Ley de Libertad Religiosa. Pero para José María Contreras, profesor de Derecho Eclesiástico y subdirector para la relación con las confesiones del Ministerio de Justicia, hay una diferencia clave entre ambos: en estos últimos, los usuarios «tienen una dependencia o sujeción» a los centros en los que permanecen internados, algo que no ocurre en la universidad. «Un alumno puede asistir a oficios religiosos en cualquier templo de su confesión», aclara Contreras, que en 1997 elaboró un informe para la Universidad Carlos III de Madrid en el que concluía que la asistencia religiosa en la universidad «es algo optativo, nunca puede ser obligatorio». Así lo estableció también en una sentencia el Tribunal Superior de Madrid ante la demanda de un grupo de estudiantes católicos de esta universidad que exigieron tener una capilla para el culto.

«Lo curioso es que justo detrás de la universidad había una iglesia», explica Contreras. En hospitales y cárceles, en cambio, sí es obligatorio prestar este servicio si un usuario lo solicita.

Presupuestos opacos

La Universidad de Sevilla ofrece al Sarus un despacho propio en su edificio principal del Rectorado. La financiación se realiza a través de los presupuestos de Extensión Universitaria. Sobre cuál es la cantidad de dinero que percibe el servicio, no hay respuesta ni por parte del gabinete de comunicación ni del propio capellán, encargado de gestionar las tres capillas repartidas en la diferentes facultades sevillanas.

El capellán Álvaro Pereira también es el responsable de atender a las personas de otras religiones que busquen este servicio. «Tengo buena relación con quienes acuden desde otras creencias», asegura. Sobre si estos están en desventaja respecto a los católicos, el capellán afirma que «el Sarus da la posibilidad a grupos minoritarios, que en sí mismos no tendrían significación en la universidad, de llevar a cabo con normalidad sus actividades, siempre que respeten los valores democráticos y el ideario propio de la universidad».

El profesor Contreras precisa: «Si no ofrecen este servicio no pasa nada, pero si lo hacen tienen que prestarlo en igualdad de condiciones con el resto de confesiones y convicciones. De lo contrario, pueden surgir problemas».

Disturbios

A veces, en efecto, hay problemas. En la única universidad de Catalunya que dispone de capillas católicas, la de Barcelona (UB), se viene produciendo semanalmente un sonado encontronazo entre alumnos que asisten a la misa de cada miércoles en la Facultad de Economía y otros que exigían laicidad.

Este último grupo denunció que, tras la fusión de las facultades de Ciencias Económicas y Empresariales, la capilla se instaló en lo que era una sala de estudio, quitando así espacio a los estudiantes. Pero desde el decanato aseguran que se abrirán, antes de Navidad, nuevas salas. Más que el espacio físico, es el debate sobre la laicidad en la universidad pública lo que enfrenta a ambos sectores. La UB mantiene desde 1998 un acuerdo con el arzobispado de la ciudad condal que la obliga a reservar un espacio de culto católico en sus instalaciones. Tras los enfrentamientos de principios de mes, la vicerrectora de Estudiantes, Gemma Fonrodona, se ha comprometido con la Asociación de Estudiantes Progresistas a debatir a fondo la cuestión.

En otro campus catalán, el de la Autónoma de Barcelona (UAB), el Servicio de Asistencia y Formación Religiosa (Safor) lleva 20 años prestándose. «Aquí somos muy respetados y no tenemos problemas», asegura Jordi Olivé, estudiante de Derecho de 23 años y coordinador del Safor.

Él defiende este servicio dentro de la universidad: «Igual que existen los servicios deportivos, debe existir este», opina Olivé, que asegura que hay días que pasa «más de 12 horas» en la universidad.

Los miércoles asiste a misa en la sala multifuncional, que los viernes es utilizada por musulmanes que desean realizar sus oraciones. También lo hacen de otras confesiones.

Extraído de Público de 05/01/2011

Noticia original en http://www.publico.es/espana/354695/la-fe-se-cuela-en-el-templo-de-la-ciencia

La Justicia manda quitar dos cruces de un colegio

Una familia de Extremadura llevaba dos años pidiéndolo

Lorenzo Losada y Ana Lago han tardado dos años en conseguir que sus dos hijos atiendan al maestro sin perder la vista en un crucifijo, en el colegio público Ortega y Gasset de Almendralejo (Badajoz). Los niños han empezado este curso sin símbolos religiosos en sus aulas, después de que el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJE) tomara cartas en el asunto.

Aunque la familia había denunciado que no quería símbolos religiosos en la escuela ante la Consejería de Educación, esta no ha actuado hasta que los jueces han intervenido. El TSJE llamó a comparecer el pasado 7 de septiembre a las partes implicadas: la familia y la Consejería de Educación, responsable del centro. La Administración, que hasta entonces no se había pronunciado, apuró al día antes de la reunión para dictar una resolución en la que daba la razón a la pareja.

Tras el encuentro entre las partes, el TSJE dictó un auto en el que obligaba al colegio Ortega y Gasset a cumplir la solicitud de la familia, según adelantó ayer la Cadena Ser.

Pasillos llenos de símbolos

La escuela sólo ha eliminado los dos crucifijos que había en las clases de los dos menores. El niño cursa ahora primero de Primaria y la niña está en sexto curso. «También queremos [y así consta en el auto del tribunal] que no se realicen más actos confesionales y que se retiren los crucifijos de las aulas comunes», denunció Losada a este diario. «Los pasillos están llenos de vírgenes y de pósters del Domund. Además, los miércoles de ceniza llevan a los niños que quieren a la parroquia en horario escolar», añadió este padre.

El hombre quiere que sus hijos se críen ajenos a los símbolos religiosos que le recuerdan a «las escuelas de los años cincuenta y sesenta». Tanto Losada como su esposa quieren que crezcan «en respeto y tolerancia con todas las personas y creencias».

La pareja, profesores de Secundaria, comenzó a quejarse hace cinco años por la masificación de crucifijos y vírgenes. Pero sus críticas verbales a la dirección del colegio cayeron en saco roto.

Entonces, en diciembre de 2008, empezaron a enviar sus peticiones por escrito, al colegio y a la Consejería de Educación (PSOE), relata ahora Losada. El consejo escolar, al que competía decidir, se inhibió en la consejería «porque [la presencia o no de símbolos religiosos] atendía a derechos fundamentales de las personas», explicó ayer el director de la escuela, José Antonio Montosa. Pero la consejería tampoco actuó.

Harta de la espera, el pasado junio, la familia recurrió al Tribunal de lo Contencioso-Administrativo de Mérida. También este evitó pronunciarse y derivó el caso al TSJE, cuya entrada en juego puso punto final al enfrentamiento.

La Consejería de Educación insiste en que no actuó por mandato del TSJE y que se decidió a eliminar los crucifijos antes de que este interviniera. Lo cierto es que hasta un día antes de la reunión con la familia, citados por el TSJE, la Administración no se pronunció. «La escuela quitó los dos crucifijos al recibir una carta de la Consejería», explicó el director.

Al ser preguntada, la consejera de Educación extremeña, Eva Mª Pérez, recordó que España es un Estado aconfesional y defendió el derecho de los padres a defender su libertad religiosa. Pérez incluso defendió la creación de la ley de libertad religiosa de la que el Gobierno (de su mismo partido) se ha apeado.

Los padres critican que la consejería no haya actuado antes. Su lucha les ha hecho tragarse la discreción con la que les gusta actuar. «Hemos roto nuestro derecho a no tener que declarar sobre la ideología», lamentaron.

Extraído de Público de 10/11/2010

Noticia original en: http://www.publico.es/espana/345850/la-justicia-manda-quitar-dos-cruces-de-un-colegio

 

El Arzobispado de Valencia encarga cursos en favor de la castidad como alternativa a la educación sexual en colegios

«Los homosexuales se dañan a sí mismos»

Al Arzobispado de Valencia no le gustan las clases de sexualidad que imparte la Generalitat (del PP) en los colegios al entender que ofrecen «una visión muy reduccionista del ser humano». Por ello, han solicitado al Instituto Valenciano de Fertilidad, Sexualidad y Relaciones Familiares (Ivaf), que preside Concepción Medialdea, supernumeraria del Opus Dei, unos materiales que transmitan «una formación integral».

Al Arzobispado de Valencia no le gustan las clases de sexualidad que imparte la Generalitat (del PP) en los colegios al entender que ofrecen «una visión muy reduccionista del ser humano». Por ello, han solicitado al Instituto Valenciano de Fertilidad, Sexualidad y Relaciones Familiares (Ivaf), que preside Concepción Medialdea, supernumeraria del Opus Dei, unos materiales que transmitan «una formación integral».

El resultado de este encargo es el manual SABE (Saber Amar Básico Escolar), dirigido a menores de cinco a 14 años, que pretende «formar para tener a las mejores familias» y representa una alternativa a los talleres de la Consejería de Sanidad que «solo tratan de ofertar el preservativo, métodos anticonceptivos, el aborto o píldoras abortivas», según trasladó ayer Medialdea a este diario. «Es lo mismo de siempre, engañan a los alumnos».

Para elaborar el contenido de las clases, Medialdea ha contado con la colaboración de José Pérez Adán, profesor de Sociología de la Universitat de Valéncia que, en 2002, redactó un manual que describía la homosexualidad como consecuencia de «una mala educación afectiva», y que tuvo que corregir, forzado por el alud de críticas que recibió.

El plan de estudios resultante de esta colaboración destaca como elementos clave en la educación sexual para jóvenes la «abstinencia» y aborda temas como la Manipulación de la fertilidad-sexualidad humana y consecuencias: homosexualidad, contracepción o aborto.

Medialdea es contraria a los anticonceptivos, ninguno de los cuales es capaz de «evitar siempre y en todo momento tener un hijo». «En España comenzamos con la campaña del Pónselo, Póntelo en 1990 y desde entonces no han parado de aumentar las infecciones por enfermedades de transmisión sexual, los abortos o los embarazos no deseados», comenta.

Tampoco aprueba las relaciones entre personas del mismo sexo: «Decir que la homosexualidad es normal es hacer daño; los homosexuales se dañan a sí mismos».

Además, es una defensora de la contención de las relaciones sexuales. «La abstinencia no lleva consigo desorden», ayuda «a ser más libre, educa en la capacidad de esfuerzo y para amar». «Hoy se hace ver que es imposible no tener relaciones sexuales, y eso no es verdad», indica, «si no se tiene capacidad de continencia, se acaba siendo adicto». Todos estos temas forman parte del material del curso: «Proponemos decir la verdad a los niños sobre sexualidad», asegura.

El Ivaf se encuentra negociando con el Arzobispado de Valencia para la venta de los derechos de uso de los manuales, según indicó ayer Medialdea. Una vez se cierre el acuerdo, los materiales se ofrecerán a las escuelas que lo deseen, incluidos centros públicos, según ha comentado el consejero de Educación, Alejandro Font de Mora. Ello a pesar de que tanto Educación como Sanidad son los impulsores del Programa de Intervención de Educación Sexual, que se imparte entre alumnos de 3º y 4º de ESO a los centros que lo solicitan. Este programa ofrece información sobre cómo prevenir enfermedades de transmisión sexual, embarazos no deseados o prácticas de riesgo.

El consejero de Sanidad, Manuel Cervera, defendió ayer estos materiales y recordó que tienen el aval de sociedades científicas como la Academia Española de Especialistas en Sexología, la Academia Española de Intervención en Sexología, la Fundación Española de Contracepción o la principal sociedad de médicos de familia, Semfyc.

En materia de formación sexual, la Generalitat Valenciana sigue los pasos que dio en Educación para la ciudadanía, al intentar implantar una fórmula propia. En ese caso, el Ejecutivo que preside Francisco Camps optó por rebelarse contra esta materia recomendando a los docentes que la impartieran en inglés. Muy pocos alumnos tenían un nivel suficiente para seguir las clases.

Extraido de El País de 23/07/2010

Noticia original en:

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/homosexuales/danan/mismos/elpepisoc/20100723elpepisoc_7/Tes

¡Matemáticas en misa ya!

Somos un grupo de docentes de todos los niveles educativos que estamos muy preocupados por el bajo nivel cultural en nuestra sociedad, los altos índices de fracaso escolar y la proliferación de telebasura.

Para salir de esta situación queremos traspasar los muros de las escuelas, los institutos y las universidades, llevando la cultura y la educación a ámbitos en los que hasta la fecha hemos estado ausentes, en los que nuestra dejadez ha privado a muchos ciudadanos del derecho universal a la cultura.

Como primer paso, queremos llegar a un acuerdo con las autoridades eclesiásticas para que nos cedan un diez por ciento del tiempo de las misas con el fin de que profesores especialistas en las distintas disciplinas puedan llegar más fácilmente a los creyentes mediante breves intervenciones didácticas.

Estamos estudiando cuál sería el momento idóneo para insertar en las misas contenidos científicos y culturales, tal vez inmediatamente después de la consagración o justo antes del padre nuestro.

Está claro que algunos feligreses podrían, con razón, objetar que ellos no tienen porqué aumentar sus conocimientos ni su cultura, ya que acuden a misa con el sólo fin de orar y escuchar la palabra de Dios.

Para solucionar este problema, y aunque pudiera parecer inconstitucional, a la entrada a la iglesia les haríamos rellenar un formulario para que manifestaran su preferencia por la religión o la cultura.

Una vez identificadas estas personas, podrían abandonar en el momento adecuado la nave principal de la iglesia y reunirse en las capillas laterales, la cripta o el salón parroquial. Con el fin de evitar agravios, estas personas podrían recibir durante ese rato charlas de carácter no cultural ni educativo pero muy relacionadas con los contenidos que se estén impartiendo en ese momento al resto de los fieles desde el altar.

Por ejemplo, los feligreses que no quieran repasar la tabla periódica, estudiarán los efectos perniciosos de los colorantes alimentarios, los que no quieran hacer ejercicios de educación física podrán ver un documental sobre la obesidad, y los que no quieran repasar los verbos irregulares ingleses podrían estudiar estadísticas sobre la importancia de hablar idiomas en el mundo moderno.

Los obispos nos han adelantado que no habría problema en computar el tiempo de cualquiera de estas actividades como tiempo equiparable al dedicado a escuchar la palabra de Dios, a la oración, a la contemplación, la penitencia o a la caridad y en ningún caso podrá discriminarse el acceso a la salvación eterna a los fieles en razón de sus preferencias religiosas o educativas.

Tampoco han puesto la más mínima objeción a la aparente contradicción derivada de que el contenido de las misas esté basado en la fe y las creencias, en contraste con la naturaleza científica y académica de los contenidos que habitualmente impartimos en las aulas.

En un primer momento, las clases se impartirían sólo durante las misas obligatorias de los domingos y fiestas de guardar, para más adelante extenderse a otros actos religiosos de asistencia no obligatoria como bautizos, bodas, comuniones, funerales, ejercicios espirituales, ordenaciones sacerdotales e incluso ceremonias de canonización o beatificación.

Pero, ¿de dónde saldría el dinero para pagar al profesorado que trabaje los domingos? Sin duda alguna de los donativos que los fieles depositan en los cepillos, del porcentaje de impuestos destinados al sostenimiento de la Iglesia Católica o, en general, de los presupuestos de la Iglesia.

Para garantizar la calidad de las enseñanzas impartidas, nuestra asociación gestionaría directamente el dinero aportado por la Iglesia y con él contrataría a profesores de sólida formación pedagógica y científica que se encargarían de impartir las clases durante las misas.

Naturalmente, dado el carácter eminentemente laico de las clases, no dudaríamos en despedir fulminantemente a aquellos profesores que no mantuvieran una coherencia laica entre su vida profesional y personal haciendo cosas como casarse por la iglesia, acudir a misa semanalmente o participar en cualquier tipo de actos religiosos.

Finalmente, llevaremos nuestras negociaciones hasta el mismo Vaticano, con cuyas autoridades firmaríamos un concordato que garantizara la continuidad de nuestra noble tarea docente en las iglesias durante los años venideros.

Entre tanto, puedes hacer llegar nuestra propuesta educativa a docentes, padres, alumnos, políticos, sindicalistas, medios de comunicación e incluso a las autoridades eclesiásticas. Tal vez así contribuyamos a que se entienda mejor lo que está ocurriendo en relación con la enseñanza de la religión en los centros sostenidos con dinero público.

Extraído de http://www.rebelion.org/noticia.php?id=77281

(Autoría desconocida)