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Movimiento Hacia Un Estado Laico (MHUEL) presenta «aprender sin dogmas»

Este miércoles 4 de mayo, Movimiento Hacia Un Estado Laico (MHUEL) presentará en el Centro Social Librería La Pantera Rossa a las 19:30 horas el libro “Aprender sin dogmas. Enseñanza laica para la convencia”, una edición de Europa Laica. A la presentación asistirá Fermín Rodriguez, coordinador de Educación de Madrid Laico y coautor del libro.

La Fundación Europa Laica es una asociación presente en todo el Estado español y en algunos países europeos, que propugna el establecimiento de las condiciones jurídicas, políticas y sociales idóneas para el pleno desarrollo de la libertad de conciencia y del cumplimiento de los derechos humanos básicos. Con motivo de su 10º aniversario, y en homenaje a la escuela laica, ilustrada y republicana, como instrumento emancipador del ser humano, Europa Laica ha editado

En el libro, “Aprender sin dogmas” han colaborado, con ensayos y artículos, 13 autores que, desde una diversidad de opiniones, contrastan ideas y razonamientos relacionados con un modelo de enseñanza pública y laica, poniendo en cuestión el actual modelo confesional español, en donde en los centros escolares de titularidad pública se mantiene la religión, en muchos se mantienen simbología y se desarrollan actividades católicas, hay un currículo con un cierto ideario confesional y la escuela católica es financiada por el Estado.

En la publicación, desde distintos enfoques y una diversidad de opinones, los autores realizan propuestas  sobre lo que significa, realmente, un modelo de enseñanza laica en cuanto a su estructura, proyecto de centro, currículo y organización.

Noticia original en: http://www.lapanterarossa.net/movimiento-hacia-un-estado-laico-mhuel-presenta-aprender-sin-dogmas/

El Vaticano procesa al teólogo Pagola por un libro sobre Jesús

La investigación ha sido impuesta por el sector ultra de la iglesia española

Vuelven las condenas, las quemas de libros y las persecuciones. Cinco siglos después, la Inquisición regresa en todo su esplendor. La Congregación para la Doctrina de la Fe (ex Santo Oficio) ha abierto un proceso contra el libro Jesús. Aproximación histórica (editorial PPC) del teólogo vasco José Antonio Pagola, para establecer si es conforme con la doctrina de la Iglesia.

Se trata del último eslabón de una cadena persecutoria de la jerarquía eclesiástica que recientemente tuvo como víctimas a José María Castillo, Juan José Tamayo o Marciano Vidal, en España, y a personajes internacionales de la talla de Leonardo Boff o Hans Küng, todos ellos defensores del Concilio Vaticano II y de la libertad de opinión en la Iglesia.

Sector ultra

La investigación romana ha sido impuesta desde el sector más ultra de la Conferencia Episcopal Española, comandado por los obispos de Córdoba, Demetrio Fernández, y el de San Sebastián, José Ignacio Munilla, con la supervisión del portavoz episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, y el plácet del cardenal Rouco Varela.

La polémica se ha avivado además porque el libro se ha convertido en un best-seller religioso (más de 80.000 copias, además de ser traducido a nueve idiomas), y cuenta, además, con el nihil obstat (nada que oponer) y el Imprimatur (autorización canónica) del ex obispo de San Sebastián, Juan María Uriarte. Pero nada de ello ha servido para que la Conferencia Episcopal lograra la intervención y retirada del texto, y la apertura de un proceso contra Pagola.

Prudente silencio

José Antonio Pagola, que a lo largo de estos meses ha mantenido un prudente silencio, reconoció hace unos días que la editorial (vinculada a los marianistas) había sido obligada por la Conferencia Episcopal a retirar los 6.000 ejemplares todavía en circulación. Incluso, señalan algunas fuentes, se exigió un «certificado de destrucción» de los mismos.

El teólogo confirmaba la apertura del proceso en Roma: «Lo asumo como algo esperado, pero no me siento ni mártir ni profeta. Trato de ser un creyente que desde su pasión por Jesús trata de contribuir a una Iglesia más evangélica al servicio de un mundo más humano».

A partir de ahora, se abre un periodo largo y lento, basado en el secretismo. El teólogo desconoce cuáles son exactamente las acusaciones que vierte el Vaticano contra él. Este tipo de procesos únicamente recurren al acusado para un interrogatorio que no puede preparar, y para anunciar su condena o su absolución.

Extraído de Público de 05/02/2011

Noticia original en: http://www.publico.es/espana/359784/el-vaticano-procesa-al-teologo-pagola-por-un-libro-sobre-jesus/comentarios-valorados

Tras siglos de divulgación, presentan demanda contra «Las mil y una noches» en Egipto

Los tradicionales cuentos árabes fueron catalogados como ofensivos para la «decencia pública» por algunos egipcios, lo que causó el estupor de intelectuales y académicos.

EL CAIRO.- Pese a que ya llevan varios siglos de divulgación, los famosos cuentos árabes de «Las mil y una noches» resultaron ofensivos para la «decencia pública» de algunos egipcios modernos, que piden la prohibición del libro ante el estupor de intelectuales y defensores de la libertad de expresión.

«Me sorprendieron las frases ofensivas que contiene el libro», señaló Ayman Abdul Hakim, portavoz del grupo de abogados que ha presentado una denuncia ante el Fiscal General de Egipto para pedir la prohibición total de la célebre recopilación de cuentos, reeditada recientemente en el país árabe.

Estas historias, entrelazadas por las mil y una noches que Sherezade pasa junto al sultán Sharayar, son las últimas víctimas de la ley de «hisba», un antiguo reglamento islámico que permite a cualquier persona acusar a otra si considera que sus actos pueden ser perniciosos para la sociedad.

En este caso, los demandados son los editores que desempolvaron y reeditaron «Las mil y una noches» («Alfe Leila wa Leila», en árabe), cuya compilación moderna se produjo precisamente en El Cairo en 1835.

«Es un hecho muy peligroso para la libertad de expresión en Egipto y puede sembrar el miedo entre escritores y editores», advierte el director de la Red Árabe para la Información sobre los Derechos Humanos, Gamal Eid.

El libro, según Eid, ya fue confiscado por las autoridades egipcias en la década de 1980, pero un tribunal decidió finalmente permitir su publicación. «Quien intenta prohibir este libro es un enfermo y un estúpido», agrega.

Para la profesora de Literatura y Civilización Árabe de la Universidad Americana de El Cairo Monan Mijail, la posibilidad de censurar «una obra maestra de la literatura islámica y árabe» evidencia el «retroceso» de una sociedad y «alimenta el fanatismo».

«Siento decirlo, pero en Egipto hay una crisis en la defensa de la libertad de expresión, y la razón es que el Gobierno no defiende la cultura y no protege a los intelectuales y periodistas», denuncia Eid.

Mijail también coincide en que el Gobierno no «condenó esta petición, algo que sí hicieron conocidos escritores» y recomienda que se «ignore al ignorante» y se elabore una nueva ley «para que los tribunales no pierdan el tiempo en pleitos inútiles».

«Estos incidentes están aumentando espectacularmente en los últimos años, pues sólo en 2007 hubo 700 casos», señala Eid.

En un país con casi 17 millones de analfabetos, Mijail apunta que «millones de egipcios lo han leído de alguna u otra forma, a través de historias infantiles y radionovelas».

«Los egipcios deben leer este libro, pues es patrimonio de la humanidad y debemos rechazar su caducidad», recuerda Eid, que leyó la recopilación de cuentos a los 22 años y que, animado por la polémica suscitada, está decidido a releerlo.

A juicio de este abogado y activista de los derechos humanos, existen varias maneras de detener el creciente número de «hisba» en distintas esferas como «la legal, la política o la cultural», y «un gobierno podría jugar un papel importante pero no el actual», sentencia Eid.

«El gobierno podría modificar la ley e imponer una multa a quienes avivan estas cuestiones y tratan de retroceder en los avances en la libertad de expresión», añade.

La lectura de este clásico, uno de los textos fundamentales de la historia de la literatura árabe y universal, es obligatoria para los alumnos universitarios de la profesora de literatura Monan Mijail. «Y así debe ser, mas allá de abogados que no entienden de cuestiones literarias», declara.

«Las mil y una noches» está formado por tres grupos de relatos de origen indo-persa, iraquí y egipcio, con influencias de «La Odisea» de Homero, la literatura alejandrina y las novelas bizantinas.

En sus páginas se alternan una gran variedad de géneros como historias de amor, cuentos, fábulas de animales, textos eróticos, literatura de viajes, novela de caballería y relatos morales, entre otros muchos.

El relato se inicia cuando Scherezade, hija del visir, urde un plan para evitar que el sultán Sharayar mate cada noche a una mujer con la que previamente se casa.

Una determinación que adopta por despecho tras descubrir que su mujer le traiciona y, por ello, concluye que todas las mujeres son infieles.

Para acabar con esta sangrienta decisión, Scherezade se ofrece como esposa del sultán, logra seducirlo contándole un cuento cada noche, interrumpido al alba con la promesa de continuar la noche siguiente.

Mil noches y una después, el sultán la indulta y junto a Scherezade vive feliz.

Extraído de http://www.emol.com de 7 de mayo de 2010

Artículo original en: http://www.emol.com/noticias/magazine/detalle/detallenoticias.asp?idnoticia=411716

Un dragón en el garaje

En mi garaje vive un dragón que escupe fuego por la boca.

Supongamos (sigo el método de terapia de grupo del psicólogo Richard Franklin) que yo le hago a usted una aseveración como ésa. A lo mejor le gustaría comprobarlo, verlo usted mismo. A lo largo de los siglos ha habido innumerables historias de dragones, pero ninguna prueba real. ¡Qué oportunidad!

– Enséñemelo – me dice usted.

Yo le llevo a mi garaje. Usted mira y ve una escalera, latas de pintura vacías y un triciclo viejo, pero el dragón no está.

– ¿Dónde está el dragón? – me pregunta.

– Oh, está aquí – contesto yo moviendo la mano vagamente -. Me olvidé decir que es un dragón invisible.

Me propone que cubra de harina el suelo del garaje para que queden marcadas las huellas del dragón.

– Buena idea – replico –, pero este dragón flota en el aire.

Entonces propone usar un sensor infrarrojo para detectar el fuego invisible.

– Buena idea, pero el fuego invisible tampoco da calor.

Se puede pintar con spray el dragón para hacerlo visible.

– Buena idea, sólo que es un dragón incorpóreo y la pintura no se le pegaría.

Y así sucesivamente. Yo contrarresto cualquier prueba física que usted me propone con una explicación especial de por qué no funcionará.

Ahora bien, ¿cuál es la diferencia entre un dragón invisible, incorpóreo y flotante que escupe un fuego que no quema y un dragón inexistente? Si no hay manera de refutar mi opinión, si no hay ningún experimento válido contra ella, ¿qué significa decir que mi dragón existe? Su incapacidad de invalidar mi hipótesis no equivale en absoluta a demostrar que es cierta. Las afirmaciones que no pueden probarse, las aseveraciones inmunes a la refutación son verdaderamente inútiles, por mucho valor que puedan tener para inspirarnos o excitar nuestro sentido de maravilla. Lo que yo he pedido que haga es acabar aceptando, en ausencia de pruebas, lo que yo digo.

Lo único que ha aprendido usted de mi insistencia en que hay un dragón en mi garaje es que estoy mal de la cabeza. Se preguntará, si no se puede aplicar ninguna prueba física, qué fue lo que me convenció. La posibilidad de que fuera un sueño o alucinación entraría ciertamente en su pensamiento. Pero entonces ¿por qué hablo tan en serio? A lo mejor necesito ayuda. Como mínimo, puede ser que haya infravalorado la falibilidad humana.

Imaginemos que, a pesar de que ninguna de las pruebas ha tenido éxito, usted desea mostrarse escrupulosamente abierto. En consecuencia, no rechaza de inmediato la idea de que haya un dragón que escupe fuego por la boca en mi garaje. Simplemente, la deja en suspenso. La prueba actual está francamente en contra pero, si surge algún nuevo dato, está dispuesto a examinarlo a ver si le convence. Seguramente es poco razonable por mi parte ofenderme porque no me cree; o criticarle por ser un pesado poco imaginativo… simplemente porque usted pronunció el veredicto escocés de «no demostrado».

Imaginemos que las cosas hubiesen sido de otro modo. El dragón es invisible, de acuerdo, pero aparecen huellas en la harina cuando usted mira. Su detector de infrarrojos registra algo. La pintura de spray revela una cresta dentada en el aire delante de usted. Por muy escéptico que se pueda ser en cuanto a la existencia de dragones – por no hablar de seres invisibles – ahora debe reconocer que aquí hay algo y que, en principio, es coherente con la idea de un dragón invisible que escupe fuego por la boca.

Ahora otro guión: imaginemos que no se trata sólo de mí. Imaginemos que varias personas que usted conoce, incluyendo algunos que está seguro que no se conocen entre ellas, le dicen que tienen dragones en sus garajes… pero en todos los casos la prueba es enloquecedoramente elusiva. Todos admitimos que nos perturba ser presas de una convicción tan extraña y tan poco sustentada por una prueba física. Ninguno de nosotros es un lunático. Especulamos con lo que significaría que hubiera realmente dragones escondidos en los garajes de todo el mundo y que los humanos acabáramos de enterarnos. Yo preferiría que no fuera verdad, francamente. Pero quizás todos aquellos mitos europeos y chinos antiguos sobre dragones no eran solamente mitos…

Es gratificante que ahora se informe de algunas huellas de las medidas del dragón en la harina. Pero nunca aparecen cuando hay un escéptico presente. Se plantea una explicación alternativa: tras un examen atento, parece claro que las huellas podían ser falsificadas. Otro entusiasta del dragón presenta una quemadura en el dedo y la atribuye a una extraña manifestación física del aliento de fuego del dragón. Pero también aquí hay otras posibilidades. Es evidente que hay otras maneras de quemarse los dedos además de recibir el aliento de dragones invisibles. Estas «pruebas», por muy importante que las consideren los defensores del dragón, son muy poco convincentes. Una vez más, el único enfoque sensato es rechazar provisionalmente la hipótesis del dragón y permanecer abierto a otros datos físicos futuros, y preguntarse cuál puede ser la causa de que tantas personas aparentemente sanas y sobrias compartan la misma extraña ilusión.

Extraído de «El mundo y sus demonios». Carl Sagan, 1995.

Página 164 en adelante de la edición de la editorial Planeta de 2000.

Puedes leer, bajarte o consultar el libro en formato PDF en:

http://pycconsultores.net/images/CarlSagan-El%20mundo%20y%20sus%20demonios.pdf

El origen del estado laico

Para los amantes de la historia, se ha editado un libro que investiga los orígenes del estado laico desde la edad media. Por ahora solo le he podido echar un ojo en la librería, pero promete mucho. El texto de la contraportada (que cortoypego de www.laicismo.org) da una idea de los temas tratados:

Entre 1270 y 1400 hubo en el pensamiento político un proceso de elaboración de las ideas de soberanía, origen secular y legitimidad popular del poder, nucleares en la teoría política moderna, paralelo al que se dio en las letras y las artes con los pre-humanistas y los pre-renacentistas. Durante la Baja Edad Media se abrió paso una relación entre la Iglesia y los gobiernos, distinta de la tradicional, que exigía otra explicación del poder y marcó el horizonte de la teoría política.
El libro presenta los hitos del nacimiento de esa explicación laica del poder, en pugna con la doctrina teocrática del sumo poder pontificio. Expone a los autores que defendieron la legitimidad del gobierno secular a principios del siglo XIV: se fija en Juan de París y el entorno del rey francés, Felipe IV el Hermoso, y en los más conocidos partidarios de la separación del poder imperial y el poder religioso, Dante y Ockham; destaca, sobre todo, en Marsilio de Padua, el primer cristiano que se atrevió a excluir por completo al clero de la organización de la vida social y a sostener el fundamento solo racional del poder; y hace el contrapunto con los defensores de la teocracia papal, entre ellos, los españoles, Álvaro Pelayo y Francesc Eiximenis. También ofrece las teorías de Oresme y Wiclef, partidarios de iglesias nacionales autónomas de Roma, y resume el papel del derecho en la maduración del pensamiento político, desde la creación de la ciencia jurídica hasta Bartolo de Saxoferrato y Baldo.

Os dejo también los enlaces, tanto de laicismo.org como de la reseña publicada en Andalán.