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Los ultracatólicos pugnan por acaparar la visita del Papa

Entidades cristianas denuncian que están «comprando» los lugares más cercanos a Benedicto XVI en los actos

Resta un mes para que miles de jóvenes católicos se congreguen en Madrid para ver al Papa y participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Del 15 al 21 de agosto, la capital de España se convertirá en la feria del catolicismo, con procesiones de Semana Santa en pleno verano, baterías de confesionarios en el Retiro y misas multitudinarias en Cibeles y Cuatro Vientos. Todo ello con un coste que la organización cifra entre 55 y 62 millones de euros, y que entidades laicas aumentan hasta los cien millones de euros, de los que al menos la mitad serán sufragados por las arcas estatales.

El resto correrá a cargo de diversas empresas y de los grandes movimientos ultracatólicos (kikos, Legionarios de Cristo y Comunión y Liberación), que trabajan a marchas forzadas para conseguir los mejores lugares para acercarse a Ratzinger, al tiempo que presionan a los obispos para que la JMJ sirva como punto de arranque para una nueva campaña contra el Gobierno, a pocos meses de las elecciones generales. Una estrategia que ha suscitado el malestar de otros grupos católicos, que también participarán en la jornada y que, además de sentirse excluidos, sostienen que «la JMJ es una fiesta de la fe, no un acto político». Ya han comenzado a protestar.

«Están usando la visita»

«Nos sentimos engañados. Se están subastando al mejor postor los lugares más cercanos al Papa. Los de siempre quieren copar los mejores puestos, y no dudan en poner el dinero que haga falta, para convencer a los organizadores». Varios grupos eclesiales, que participan en la organización de la JMJ, muestran en privado su malestar por lo que califican una «ocupación» de los grupos tanto en puestos de responsabilidad como en la organización y gestión de los principales actos con el Papa.

«Nosotros colaboramos como el que más en la visita, y no lo hacemos para aparecer con nuestra pancarta en todos los medios de comunicación, por conseguir comer con el Santo Padre o que nos confiese», asegura el responsable de uno de estos grupos que, «por sentido de Iglesia», prefiere mantener en el anonimato.

Varias entidades se han quejado de esta situación enviando cartas al responsable diocesano de la organización, el sacerdote Gregorio Roldán, sin que hasta la fecha hayan recibido respuesta alguna. Según dichas entidades, se están «comprando» lugares cercanos a Benedicto XVI tanto en su entrada por Cibeles el 18 de agosto como en la vigilia de Cuatro Vientos y la misa final. También, al parecer, hay una pugna por participar en la decisión de qué jóvenes serán confesados por el papa en el parque del Retiro o de quiénes asistirán al almuerzo con él en el Campo de las Naciones. «Van a utilizar la presencia del Papa para sus propios intereses», afirman.

Desde algunos de estos grupos católicos se denuncia cómo movimientos como el Camino Neocatecumenal se han reservado de antemano un papel protagonista en la visita del pontífice a nuestro país a cambio de asegurar una presencia relevante de simpatizantes de su corriente. De hecho, Kiko Argüello, su fundador, confirmó hace tiempo al cardenal Rouco Varela que esos días estarán en Madrid 300.000 kikos.

Los neocatecumenales, como en otras ocasiones, ya han reservado el aeródromo de Cuatro Vientos para lanzar su nuevo mensaje al día siguiente de la marcha del papa de Madrid. Argüello ha asegurado al cardenal de Madrid que en dicho acto varios centenares de jóvenes del movimiento saldrán al seminario o a la vida religiosa. «Un ejército de jóvenes misioneros de todo el mundo llegará a la capital», asegura el propio Camino, que a través de un portavoz confirma que tras la partida de Ratzinger «se celebrará un encuentro vocacional», en el que «se recogerán ya los frutos de esta JMJ mediante la petición de vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada».

Otras entidades, como los Legionarios de Cristo, han puesto toda la carne en el asador para lograr un puesto privilegiado en la vigilia de Cuatro Vientos, así como en el saludo inicial que hará Benedicto XVI a su llegada a la Puerta del Sol, el próximo 18 de agosto. En la congregación fundada por el pederasta Marcial Maciel, cuyo futuro pende de un hilo, se entiende que una cercanía al pontífice puede suponer un soplo de aire fresco, especialmente para los jóvenes del movimiento del Regnum Christi, que en los últimos meses han ido abandonando en masa lacongregación.

El Opus Dei, que no participa orgánicamente en este entramado, cuenta con destacados miembros en la organización, como Javier Cremades, responsable del Departamento de Actos Centrales de la JMJ, y Yago de la Cierva, director ejecutivo de la misma.

Las monjas, con hábito

Por el contrario, la organización de la Jornada Mundial de la Juventud ha prohibido a las monjas que van vestidas de calle el acceso al encuentro que las jóvenes hermanas van a mantener con Benedicto XVI el día 19 de agosto en el Patio de los Reyes del monasterio de El Escorial. La circular publicada en la web de la JMJ reza así: «Las postulantes, las novicias y las profesas, para poder participar, tendrán que llevar su respectivo hábito». Pero las excluidas no se resignan y han empezado a enviar cartas de protesta a los organizadores y al cardenal Rouco.

Una salesiana asegura estar sorprendida por esta medida, dado que «nosotras, en España como en otras partes del mundo, no llevamos hábito, simplemente la cruz, tal y como dicen nuestras constituciones». Y, por ello, pide por carta a la organización que le confirmen la obligatoriedad del hábito para ver al Papa en El Escorial.

Contra el Gobierno

Con todo, lo más preocupante, según denuncian algunos grupos católicos, son las presiones «que ya se están ejerciendo en las reuniones preparativas» para que la JMJ sea la «punta de lanza» de un movimiento, lanzado por el sector más conservador de la Iglesia española (patrocinado por Rouco y obispos como Munilla en San Sebastián, Sanz en Oviedo y Demetrio Fernández en Córdoba), y que pretende repetir las movilizaciones contra el Gobierno que ya se dieron en 2005 con motivo de la legalización del matrimonio homosexual o la reformaeducativa.

Detrás de esta iniciativa se encuentran organizaciones católicas como HazteOir, Forum Libertas y E-Cristians, que sostienen que los católicos deben implicarse de lleno ante las próximas elecciones generales. Una estrategia que también cuenta con presionar al Partido Popular para que, antes de los comicios, se comprometa a derogar algunas de las normas que más molestan a estos grupos, como la Ley del Matrimonio Homosexual y la ampliación de la Ley del Aborto, y paralizar otras, como el proyecto sobre la Muerte Digna.

Extraído de Público de 10/07/2011

Noticia original en: http://jodo.co/cGW

El pederasta que fundó la Legión de Cristo tenía sobornado al Vaticano

Extraído de El periódico de Aragón de 9/04/10
Noticia original en: http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=572827

Insignes cardenales cobraron de Maciel mientras arreciaban las denuncias.Las quejas cayeron en saco roto hasta que Ratzinger impulsó una investigación.

Es 1994 y el cardenal español Eduardo Martínez Somalo acaba de ser ascendido a prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, órgano encargado de las órdenes religiosas. Marcial Maciel, sacerdote mexicano, fundador de los Legionarios de Cristo, morfinómano, pederasta y padre en varias ocasiones, encarga a un joven miembro de su orden que vaya a la casa del recién nombrado. El inexperto religioso lleva consigo un sobre repleto de billetes. «Subí a su apartamento, le entregué el sobre y me despedí. Era un modo de hacer amigos, de asegurarnos alguna ayuda si la necesitábamos, de engrasar los engranajes», dice ahora, 16 años después, este cura en un extenso reportaje de la publicación católica de origen norteamericano National Catholic Reporter (NCR) en el que se explica con todo detalle cómo Maciel, fallecido en el 2008, entregó dinero a expuertas entre aquellos altos cargos del Vaticano que deberían haberlo investigado y en cambio nada hicieron.

Pruebas había: John McGann, obispo de Nueva York, ya había enviado a la Santa Sede, a través de los canales oficiales, una carta en la que un antiguo miembro de la Legión detallaba cómo Maciel había abusado de al menos 20 seminaristas entre los años 40 y 60 del siglo pasado. Y nada ocurrió. No fue hasta el 2004 cuando el ahora papa Joseph Ratzinger, entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, aconsejó al Pontífice Juan Pablo II, hasta ese momento gran valedor de Maciel, realizar una profunda investigación que finalmente llevó, dos años después, a que el ya Benedicto XVI ordenase su retiro a una vida de «oración y penitencia».

¿Tuvieron algo que ver las jugosas sumas, sufragadas con ese presupuesto anual de casi 500 millones de euros que tienen los Legionarios de Cristo, en la absoluta parálisis de las pesquisas vaticanas? El trabajo del NCR, llevado a cabo durante nueve meses, no llega tan lejos, pero sí consigna sin ningún género de duda el fin que perseguía Maciel con unos desembolsos que ni siquiera están prohibidos por las leyes de la Santa Sede: su propio blindaje ante las cada vez mayores acusaciones de abusos sexuales, drogodependencia y reproducción.

Además de Martínez Somalo, ya retirado, los principales señalados en el texto son Angelo Sodano, secretario de Estado del Vaticano –equivalente a primer ministro– entre 1991 y el 2006, a quien Maciel pagó banquetes multitudinarios; y Stanislaw Dziwisz, secretario de Juan Pablo II y ahora cardenal, que recibió dinero para dejar atender a las misas privadas que celebraba el entonces Pontífice. Ninguno aceptó las solicitudes de entrevista del NCR. Quien mejor parado sale es Ratzinger, ahora acusado de inacción frente a los casos de pederastia en Alemania y EEUU. Impulsó la investigación a Maciel, y también, en 1997, rechazó uno de los sobres de la Legión. Dicen que su negativa fue cordial, pero firme.

 

Los Legionarios de Cristo reconocen los abusos sexuales de su fundador

El religioso abusó sexualmente de seminaristas, tuvo una hija con una mujer y otros dos con otra.

Los escándalos sobre abusos sexuales cometidos por religiosos siguen saliendo a la luz. Pero esta vez no es el autor el que pide perdón, sino sus feligreses. Los Legionarios de Cristo reconocen que su fundador, el mexicano Marcial Maciel, abusó sexualmente de seminaristas, tuvo una hija con una mujer y otros dos con otra, por lo que los fieles han pedido perdón a «todos los que han sido perjudicados, heridos o escandalizados por su reprobable actuación».

Los Legionarios de Cristo aseguran en un comunicado que «habíamos pensado y esperado que las acusaciones presentadas contra nuestro fundador fueran falsas o infundadas», pero no ha sido así por lo que «no podemos mirar a su persona como modelo de vida cristiana o sacerdotal».

«Estamos profundamente consternados y tenemos que reconocer que son ciertas las acusaciones contra el Padre Maciel, entre las que se incluían abusos sexuales a seminaristas menores», manifestaron en el comunicado, hecho público diez días después de que concluyera la inspección ordenada por el Papa a esta congregación.

Una conducta reincidente

Los legionarios reconocen que el sacerdote mexicano, fallecido en 2008, tuvo una hija «de una relación estable y prolongada» con una mujer, «y otros graves comportamientos», que no citan. También señalan que otras dos personas afirman que son hijos del sacerdote y agregan: «condenamos estos actos contrarios al deber cristiano, religioso y sacerdotal de la vida del Padre Maciel y afirmamos que no corresponden a lo que nos esforzamos con vivir en la Legión y el Regnum Christi (los legionarios laicos)».

«Expresamos una vez más nuestro dolor y pesar a todas y cada una de las personas que han sido dañadas por las acciones de nuestro fundador», dice el comunicado, en el que también piden «perdón» a todas aquellas personas que le acusaron en el pasado «y no fueron creídas o no se supo escuchar porque en aquel momento no podíamos imaginar esos comportamientos».

Los Legionarios aseguran que tienen que expiar las faltas y el escándalo causado por Maciel y piden a sus miembros intensificar los rezos. «Aceptamos con dolor que ante la gravedad de sus falta, no podemos mirar a su persona como modelo de vida cristiana o sacerdotal», afirmaron en la nota. Los legionarios se comprometen a «ofrecer seguridad» a los menores en sus instituciones.

Extraído de Público de 26/03/2010.
Noticia original en: http://www.publico.es/internacional/303270/legionarios/cristo/reconocen/abusos/sexuales/fundador/abusos/curas/pederastia